Decía Naomi Klein en su libro La doctrina del shock que el capitalismo aprovecha las crisis para introducir impopulares medidas de choque económico. Y desde luego, la crisis de 2008 cuyos efectos todavía estamos padeciendo en términos de pérdida de derechos, desempleo, precariedad laboral, privatización y empeoramiento de los servicios públicos, es una buena muestra de ello.

Los presupuestos generales de la Comunidad autónoma (CARM) que ahora se están tramitando en la Asamblea Regional, nos proporcionan ejemplos de libro, como el de la financiación local para el mantenimiento de las infraestructuras básicas, que recibía antes de la crisis una media de cincuenta millones de euros anuales y, ahora, se ha 'normalizado' en diez millones desde 2018.

Otro ejemplo es el de la sanidad pública que sufriera un recorte presupuestario del 25% durante la crisis y que todavía hoy no se ha recuperado. O el de las políticas de mujer e igualdad que llegaron a ejecutar un presupuesto de doce millones a través del Instituto de la Mujer en 2008, muy lejos de los cinco millones de 2019 o de los 7,5 presupuestados para 2020.

Y, cómo no, el de la Educación, donde la clara apuesta del Gobierno regional por el reforzamiento del sistema privado de enseñanza se ve consolidada vía presupuestaria, sobre todo para el sector dependiente de la patronal católica, que se ha beneficiado de forma prioritaria de los nuevos conciertos de bachillerato. Así, desde 2007 el presupuesto destinado al mantenimiento de centros concertados ha aumentado un 86% pasando de 140 millones a casi 260; mientras el presupuesto equivalente en la enseñanza pública lo ha hecho en un 32%.

En este último ámbito, han aplicado además, medidas extrapresupuestarias como son la eliminación de los distritos escolares y la implantación del criterio de demanda social, para justificar la financiación a los centros concertados, blindando un sistema que ahora pretende extenderse ideológicamente vetando la libertad de cátedra (libertad que no es solo de los catedráticos como afirma la concejala de Vox en Alhama) e intentando imponer un adoctrinamiento rancio, caduco y xenófobo en las escuelas e institutos.

Afortunadamente, en este último caso, todavía hay personas valientes y comprometidas que se la juegan y no transigen. Por ello quiero manifestar públicamente mi apoyo a los profesores Diego Reina y Pedro Alberto Cruz por el acto de rebeldía que protagonizaron en el IES Alfonso X. Ojalá cunda el ejemplo.