Lo casi último ha sido el episodio de contaminación que hizo gratuito el transporte en el municipio de Murcia. Esto no se puede explicar con lógica.

Gratuidad por contaminación. Aquel viernes casi nadie sabía lo de la gratuidad y los conductores explicaban a los viajeros, uno a uno, las razones de la gratuidad; luego, a la vuelta de la ciudad, la pregunta era si se viajaba dentro de la ciudad o se iba a la pedanía correspondiente y con ello, el viaje, todavía, se alargó más tiempo al repetirse las explicaciones de los conductores.

Y lo del sábado siguiente fue para acudir al Defensor del Pueblo: LAT cobraba los billetes (la Comunidad Autónoma se desentendía) y Transportes de Murcia y Tranvía no, cuando precisamente los que llevan los automóviles a la ciudad son los de pedanías en su mayoría.

Creo que, como norma, el transporte en el municipio es caro, incómodo, impuntual, con frecuencias inapropiadas y lento. Ciertamente el hacer gratuito el viaje ayuda a bajar la contaminación, algo es algo, pero solo se elimina lo de 'caro', quedando todas las demás deficiencias, por lo que, sigue sin ser atractivo el viaje para muchas personas que han de desplazarse diariamente a la ciudad. Si el transporte es malo, ni gratis.

Hay que ofrecer a usuario un transporte atractivo para ir al trabajo, estudio, ocio o cualquier otra actividad de la sociedad. Pero atractivo no ya para los que no tienen otro medio de transporte, sino para los que puedan hacerlo en su vehículo propio.

Prórroga de las concesiones o Plan Director de Transportes mal hecho. El 3 de diciembre pasado un Consorcio Metropolitano tendría que haberse hecho con la gestión de los transportes de viajeros al menos en los municipios de Murcia, Alcantarilla, Beniel y Santomera, pero ya desde 2018 se sabía que no iba a ser así pese a las afirmaciones en contra pronunciadas en la mismísima Asamblea Regional.

Pero si la excusa es un Plan Director por hacer, no se explican ciertos pasos en el sentido de novedades en el transporte. La Comunidad anuncia una nueva concesión para dar servicio al Aeropuerto sin esperar a los resultados del informe. El Ayuntamiento planificando siete líneas de Tranvibús aparte de adjudicar la realización de un servicio de asistencia técnica relativo a la realización del modelo de gestión de las líneas (200.000 euros con impuestos) con unas líneas marcadas ya en el sentido de perjudicar a las pedanías sin esperar a que los técnicos que pagamos diseñen lo que crean oportuno, no que diseñen algo que quieren los políticos.

Para colmo, una de esas líneas del aeropuerto sería competencia municipal y se requerirá permiso del Ayuntamiento, y éste planea poner una lanzadera a Corvera desde el tranvibús de la Arrixaca. ¿Habrá permiso?

Sangonera la Verde, Puente Tocinos. La línea 28, Sangonera la Verde, 11.648 habitantes, la quinta pedanía, tiene uno de los peores servicios del municipio y sus demandas no son atendidas. Su población ha aumentado considerablemente si tenemos en cuenta que en 1996 tenía 7.457.

En ese año disponía en un día laborable 31 expediciones para Murcia, cada treinta minutos. Hasta 2012, claro. En ese año se bajó a veintidós hacia Murcia y veintiuna desde la ciudad, con frecuencias entre treinta, cuarenta y sesenta minutos.

Además de que en su recorrido hacia Murcia han de soportar el desvío a la cárcel, a la Arrixaca o a los dos sitios, por lo que solo el 36,37% van directamente a Murcia. Esto requeriría un estudio concreto de otra línea específica que bien podría ser una ampliación de la 78, porque salvo horario concreto, son necesidades distintas que no se puedan englobar en una sola línea.

Pero lo sangrante, lo que no tiene explicación, es que se incumple la promesa del hoy consejero de Fomento a la Mesa del Transporte que para fin de 2017 se mejoraría algo. En las horas punta un servicio cada quince minutos pasando a veintisiete expediciones. Incluso la empresa ya cuantificó la mejora y los horarios habida cuenta de que la media de viajeros era entre sesenta y más de noventa viajeros en hora punta (dato de junio de 2017).

Lo que ha hecho estallar a los usuarios, en este caso las usuarias que mayoritariamente sufren diariamente esas deficiencias, lo que ha hecho agotar la paciencia, ha sido la supresión de los 'refuerzos'. Esta modalidad de LAT son autobuses que no entran en la concesión, vamos, que los pone porque observa la deficiencia e intenta mejorar el servicio por su cuenta; pero también por su cuenta los elimina. Ocurre con la 29, 39 y otras.

Línea 31, Puente Tocinos, entre otras pedanías afectadas. Ha saltado a los diarios la aglomeración en esta línea y, ante las quejas, nuestro Ayuntamiento pide paciencia, paciencia que, como ya hemos dicho, no nos queda.

Esta línea, en su tronco desde Santa Cruz hasta Murcia presta servicio a 24.898 habitantes y solo Puente Tocinos ya tiene 16.658. En total, sin contar Beniel, 37.380 habitantes. Si todas las pedanías tienen sus necesidades de movilidad, esta última, por su cercanía a la ciudad, se ve más agraviada por esta falta de servicio público.

La línea 31 presta servicio cada treinta minutos (ojo al dato, que eso viene desde 1981 cuando Puente Tocinos tenía en 1992 9.471 habitantes) y hasta 2012 se veía apoyada en la línea 32 que los laborables prestaba servicio cada treinta minutos, con lo que había un autobús cada quince minutos.

Pero llegó 2012 y el 32 quedó solo como un refuerzo de seis expediciones por la mañana y seis al mediodía. Como una referencia, Joven Futura, con cerca de 3.000 habitantes dispone del R14 con 3-4 autobuses por hora y sus precios son más baratos aunque en ambos casos se use el bono tricolor, que conste.

Resumiendo: ampliación del servicio, pues se ha convertido en un problema que todos los días tienen que dejarse viajeros en las paradas desde Puente Tocinos porque no cabe más gente. Los sábados y domingos se debe ampliar horario y autobuses, que siempre van con retraso y tienen que sacar otros para ponerlos en hora.

El artículo anterior —Transporte público (1). Queda poca paciencia— fue publicado ayer en la página 2 del diario.