Los números, los datos, las estadísticas son algo objetivo, aunque se pueden analizar e interpretar al gusto o según convenga. Así, las cifras del paro no son buenas o malas por sí mismas, sino que ello depende de la lectura que se haga. Este es un fenómeno al que asistimos cada mes, cuando conocemos la evolución del desempleo o cada trimestre, cuando sabemos el resultado de la Encuesta de Población Activa (EPA). Lo curioso es que un mismo partido y hasta una misma persona es capaz de interpretar de forma radicalmente distinta datos similares. Y es que no es lo mismo salir a la palestra a evaluarlos cuando se gobierna y, por tanto, se presupone que eres responsable de las cifras, que cuando se está en la oposición, desde donde lo fácil es cebarse contra las estadísticas, independientemente de cuáles sean.

En realidad, este análisis enfrentado de unos datos que se suponen objetivos se produce continuamente cuando quienes están de por medio son los partidos políticos. Y una de las cuestiones estrella para lanzarse los perros es sin duda la elaboración y presentación de los presupuestos.

Esta semana hemos conocido las partidas de los presupuestos regionales de las que se beneficiará Cartagena que, como pueden imaginar, son los mejores del mundo para el PP y lo peor de lo peor para quienes se encuentran en la oposición, en especial, para MC. La sensación es que ni aunque el Ejecutivo de López Miras hubiera presentado las mejores cuentas posibles para nuestra ciudad, el partido cartagenerista hubiera repetido su mantra de que se nos maltrata en lo que a financiación se refiere o, como ha manifestado su líder en alguna ocasión, Murcia nos roba.

De hecho, esta misma semana, MC ha presentado en el pleno una nueva moción para la consecución de su principal objetivo, la provincia de Cartagena, lo que volvió a enzarzar a su portavoz, José López, con la vicealcaldesa popular, Noelia Arroyo, en una disputa sobre quién es más o quién es menos cartagenero, como si eso se pudiera medir o calcular de algún modo.

Lo triste es que podemos perdernos en sacar pecho por nuestra tierra y hasta en presumir de ello, pero el camino a una supuesta provincia futura no solo es largo y farragoso, sino que escapa de nuestro control, por mucho que pudiéramos presionar para alcanzarla y en el supuesto de que todos los pueblos y los ciudadanos que la conformarían estén por la labor. Nada se pierde por intentarlo y, como proclamó la propia vicealcaldesa en el pleno, a todos los concejales presentes les gustaría que Cartagena fuera una provincia, pero entre futuribles y castillos en el aire, se encuentra la realidad y los asuntos del día a día en los que, más allá de números y estadísticas, se consiguen algunos avances.

Y es que se puede decir que estos presupuestos regionales para Cartagena son de infarto. No por la alegría desbordante para algunos ni por el tremendo disgusto para otros. Lo son porque, por fin, tendremos a pocos minutos una Unidad de Hemodinámica operativa las 24 horas. Así se recoge al menos en las cuentas regionales, que contemplan el millón de euros necesario para implantarlo en el hospital de Santa Lucía, lo que supondrá que los infartos se puedan atender continuamente en nuestro municipio. Hasta ahora, el horario de este servicio era, exclusivamente, de mañana y si sufrías un infarto por la tarde o un fin de semana, te trasladaban en ambulancia al Virgen de la Arrixaca de Murcia.

Corresponde a los especialistas determinar si, de esta manera, el servicio cubría las necesidades, pero ya saben que esto de la salud es lo primero y cualquier mejora en este sentido hace respirar más tranquilo a cualquiera.

Esperemos que nada trunque este proyecto ni que haya marcha atrás. Y lo de menos es quién se apunta el tanto, porque lo realmente importante es que se cumple una demanda histórica de los vecinos.