Retorna Miguel Ángel Rodríguez (MAR). Bueno, en realidad nunca se marchó. Fue asesor, portavoz y exsecretario de Estado de Comunicación de los Gobiernos de Josemari. Después se tomó unas vacaciones políticas al abrigo de FAES (Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales), vinculada al PP y al . Y lo compaginó con su labor en otras empresas amigas o negocios multinacionales (puertas giratorias peperas).

Luego, asesoró (qué trabajo más arduo) a Isabel Díaz Ayuso, durante la campaña de las autonómicas de mayo 2019 en la Comunidad de Madrid. Y bien que la aleccionó porque la aupó (perdiendo las elecciones) a presidenta entre todas las sandeces que decía y dice. Yo creo que la adoctrinó muy bien. Ya se sabe, cuanto más tontaina más votos. Ella es el 'florero' perfecto para Casado y el PP madrileño. Tiene un discurso político con un paupérrimo nivel de contenido y de elocuencia, con expresiones abúlicas, insulsas y simplonas. Una perorata arrabalera y vulgar enerva a la izquierda pija y progre, que es lo que le aconsejó MAR que hiciera.

Ahora vuelve, pues ha sido nombrado jefe de Gabinete de Comunicación de Díaz Ayuso y ambos se han embarcado en la estrategia aznarista sin disimulos, que Pablo Casado sigue a pies juntillas para reconquistar otra vez el poder del Ejecutivo. Su relación con el aznarismo viene de lejos. El primer cargo político de MAR fue como colaborador de Aznar durante su mandato en Castilla y León, donde asumió el cargo de portavoz de la Junta, con 22 años. Tras el nombramiento de su valedor como candidato del PP a las elecciones generales pasó a ser director de Comunicación del Partido Popular, con 24 años, entre 1988 y 1996.

Este 'viejo pájaro' de la comunicación es tildado por muchos periodistas y políticos, amigos y detractores, como 'grosero, maleducado, engreído y de feroz y soez lenguaje'. Confunde lo que es un gabinete de Comunicación como si fuera un gabinete de manipulación. Y la ejerce desmesuradamente contra sus enemigos, con especial inquina con la izquierda más allá de la socialdemocracia.

Con la ayuda de MAR, el eje del discurso de investidura de Isabel Díaz Ayuso fue el neoliberalismo, especialmente el económico, muy afín a los poderes financieros españoles e internacionales. Su gran relato es hablar farisaicamente de democracia liberal (más bien ultraliberal) a la vez que ejecutan la destrucción de lo público, generan 'su' mercado, desprotegen oficialmente la vivienda, abaratan despidos... ¡Esa es su libertad!

Desde sus comienzos con Aznar, primero como cachorro y luego dóberman, MAR era considerado un rasputín de la ideología y propuestas políticas aznaristas y de FAES.

Fue detenido y condenado en 2013 por conducir muy borracho y golpear a varios coches. Anteriormente, en 2011, fue penado por un delito continuado de injurias graves realizado con publicidad contra el excoordinador de Urgencias del hospital Severo Ochoa de Leganés, el doctor Luis Montes. Se le embargaron las cuentas bancarias por impago de la multa impuesta.

Más tarde se acostumbró a vivir del dinero público, mamando de las subvenciones fantasmas y encargos millonarios de contratos de publicidad a dedo de Esperanza Aguirre e Ignacio González en la Comunidad de Madrid. Vamos, que chupaba de las mamandurrias de los chiringuitos institucionales al igual que Abascal antes de fundar Vox.

Entonces, este MAR ¿es tan terrible como parece o no hay por qué alarmarse? Viendo su trayectoria de ridículos y fracasos, podemos dormir tranquilos. Por su nuevo cargo contará con un sueldazo de más de 93.000 euros anuales.

Por cierto, en redes sociales y en privado, este MAR despotricaba sin piedad del actual vicepresidente Aguado, de Cs, y de Monasterio, de Vox. Ahora ha borrado sus perfiles en redes para que no se le recrimine tanta malquerencia.

Lo que queda claro es que con ayuda de MAR o sin ella, la presidenta madrileña no ha aprobado ninguna ley y no ha tramitado los presupuestos generales. Cero patatero para la presidenta de la Comunidad de Madrid y sus socios de Gobierno.

Estamos cayendo en el juego del neoliberalismo del PP y del populismo de Vox apoyados por la ultraderecha heredera del franquismo. Cada vez que dicen una chorrada, estamos varios días con 'ellos y sus obsesiones' en todas las televisiones, medios impresos o digitales y redes sociales.

Seguimos el mismo camino de la década del 30 al 40 del siglo pasado, durante los años previos a la Guerra Civil y los primeros años de la dictadura franquista.

Como entonces, quieren ahora la confrontación; sacarnos de nuestras casillas para tenernos siempre pegados a sus temáticas. Parece que los ideólogos de la ultraderecha y derecha radical española (FAES, HazteOir.org, Hogar Social y cía) han calado bien a la izquierda y a los progres y les han cogido las vueltas. Hay que salir de ese laberinto inacabable y de esa vorágine tóxica.

Los 'fachas' actuales, envalentonados, se crecen (como novedad niegan la superioridad moral de la izquierda) ejerciendo una política del bullicio exacerbado y constante. Mucho cacarear, mucho predicar la involución pero poquísimas o nulas soluciones políticas a los problemas reales de la gente. Precisamente eso es lo que acabará con ellos: su inanición para el bienestar de los ciudadanos.

Y enmedio de todo este barullo, MAR y la presidenta de la Comunidad de Madrid se quieren poner a la cabeza (ser los guías) de la lucha del PP y el 'trifachito' contra el Gobierno de PSOE, Unidas Podemos y los socios que les respaldan. Casado se ha apoyado en la línea dura del aznarismo y ha copado de su gente el PP madrileño y de otras autonomías para imitar ese revival de Aznar contra el PSOE de Felipe González en el 96, que tan buen resultado les dio. De ahí, retornan el propio alcalde Martínez Almeida, el magistrado Enrique López (consejero de Justicia de Ayuso), Timermans, Elorriaga, Aragonés, Lasquetty, Pablo Hispán, Pilar Marcos y, cómo no, MAR.

Y cuidado, que este polémico tertuliano y los otros acérrimos aznaristas suministrarán a la presidenta Ayuso bastante metralla para que siga diciendo sus continuas necedades e insufribles verborreas. Para el que no lo sepa, MAR, hay que reconocerlo, muestra en este aspecto un gran currículo con una extraordinaria experiencia.