Rumores como los que prohíben determinados alimentos, o que no se puede dar teta si enfermas, u otros que dicen que hay leches que no son de buena calidad y aquellos que apuntan a que si el tamaño del pecho es pequeño la leche es insuficiente, desmotivan el amamantamiento.

Desmentir las creencias falsas es fundamental para conseguir que un mayor número de bebés puedan alimentarse con la leche de la madre. Según la Organización Mundial de la Salud es recomendable alimentarlos exclusivamente con leche materna hasta los seis meses, e incluso debe ser la misma un complemento a una alimentación sólida hasta los dos años.

La Asociación Española de Pediatría (AEP) y la Encuesta Nacional de Salud aportan datos aproximados sobre la tasa de amamantamiento en nuestro país. El 71-72% da el pecho a sus hijos-as en las primeras seis semanas, el 66% a los tres meses y el 47% a los seis. De estos últimos, únicamente el 28,5% se alimenta de leche materna en exclusivo.

Las cifras nos sitúan por debajo de los objetivos propuestos por la OMS; sin duda, para acercarnos a ellos se requiere reconocer en todas sus dimensiones la función social de la maternidad, centrando el debate en una justa reivindicación que conlleve permisos, ayudas, espacios para amamantar, etc. Las virtudes de la lactancia materna desde un punto de vista nutricional, inmunológico e incluso económico son más que reconocidas, por tanto quedan por superar trabas laborales y sociales aún existentes para que las tasas de amamantamiento se incrementen.

Vaya por delante que la cuestión es de responsabilidad social y desde ese enfoque deben favorecerse las condiciones que hagan posible alcanzar los requerimientos de la OMS, permitiendo que las mujeres pueden amamantar sin juicios ni prejuicios porque les sale de la teta, como se manifiesta en el documental que se comenta.

Cabe añadir que el tema no es novedoso. Hemos de remontarnos a 1876 cuando la inquietud sobre el mismo llevó a Marie Béquet de Vienne a crear La Sociedad de la Lactancia Materna. Esta feminista francesa reivindicaba una perspectiva capaz de integrar de manera realista las actividades productivas y reproductivas de la mujer, haciendo posible que cualquier bebé tome la leche de su madre a la que tiene derecho.