¿Seguimos hablando de soluciones para el Mar Menor y los efectos de la DANA? Pues entonces permítanme que me ponga un poco académico y les hable aquí de las Soluciones Basadas en la Naturaleza (SBN).

Para definir esta idea, cada vez más en auge en las sociedades desarrolladas, tomaré las palabras de la Unión Internacional de Conservación de la Naturaleza que define a las BSN como un nuevo concepto que abarca a todas las acciones que se apoyan en los ecosistemas y los servicios que éstos proveen, para responder a diversos desafíos de la sociedad como el cambio climático, la seguridad alimentaria o el riesgo de desastres.

Para el caso del sector hídrico, sigue diciendo la UICN, existe una diversidad de formas de apoyarse en los ecosistemas para complementar las soluciones a desafíos que por lo general suelen resolverse solo con obras de infraestructura. Los ecosistemas y sus funciones pueden servir también como una forma de infraestructura verde y en muchos casos ser soluciones de mejor relación entre coste y eficiencia.

Problemas como las inundaciones o la preservación de caudales de agua pueden resolverse a través de la conservación y restauración ecológica de cuencas hidrográficas. Prácticas como la reforestación y restauración de ecosistemas riparios pueden ser implementadas con el fin de estabilizar cauces de ríos y prevenir desbordamientos; la creación de zonas naturales de inundación para retener agua en episodios de lluvias extremas; o la depuración y mejora de la calidad del agua a través de sistemas de humedales (fito-remediación), son solo algunos ejemplos de SBN cada vez más aplicados en la gestión integrada de cuencas y en la planificación urbana.

Este tipo de cosas son las que tenemos que abordar si queremos que las soluciones para el Mar Menor y la prevención de los efectos de las inundaciones tomen forma de herramientas eficaces a medio plazo y no de parches inmediatos basados en la obra pura, no siempre de eficacia demostrada y con frecuencia extraordinariamente caros.

Los filtros verdes, sorprendentemente relegados en el plan de vertido cero del Mar Menor, o la intensa renaturalización vegetal de una orla de territorio suficientemente amplia en el entorno del Mar Menor, serían un buen ejemplo de SBN que nuestra tierra podría exportar al mundo. Vegetación y filtros verdes, ingeniería biológica al servicio de la eliminación de los nitratos que llegan al Mar Menor y de la retención de las aguas en bajada hacia la laguna. Las perspectivas de estos planteamientos, aunque seguro que con resultados más a medio plazo de lo anhelado, son realmente interesantes, y la combinación de técnica descontaminadora, ecología y paisaje de los filtros verdes los hace una herramienta muy sugerente.

También a la escala de la Cuenca del Segura podrían las SBN funcionar eficazmente. Vegetación de ribera en nuestros ríos y ramblas que redujera la de agua y el flujo de sedimentos; restauración de las llanuras de inundación ampliando los cauces y renaturalizándolos cuando sea posible, reducción de la superficie impermeable en los núcleos urbanos y las infraestructuras, cambios en los modelos de cultivo intensivo hacia formas tradicionales, recuperación de redes de drenajes tradicionales, y un buen número de otras SBN que deberíamos urgentemente comenzar a estudiar y aplicar.