Si tuviéramos que resumir la trayectoria profesional de JGL, sería muy sencillo: lo suyo justificaría sobradamente aquel tópico que se señala como 'una visa dedicada al trabajo'. JGL se ha mostrado como un incansable trabajador; diríase que arrollaba al trabajo de manera incansable. Todos quienes hemos participado alguna vez en tareas de su competencia, hemos visto su arrojo, su responsabilidad y las ganas de hacer bien las cosas con que se empleaba. Un ingeniero de Caminos a la vieja usanza, un estilo muy al nivel de lo que Betancourt diseñó para el buen hacer de los ingenieros de Caminos, al servicio del Estado, con inteligencia, dedicación y máxima entrega al trabajo. Siempre estuvo al servicio del Ministerio de Obras Públicas (hoy de Fomento), desde Murcia, la ciudad y la Región. Prestó colaboración desinteresada como concejal a la ciudad durante los primeros años de la Transición política y su trabajo al frente de la concejalía de Transportes ha dejado huella.

Como responsable universal de las carreteras regionales, actuando bajo muy distintas nomenclaturas del cargo, ha merecido el reconocimiento unánime por parte de toda la comunidad regional, pues fue autor de los proyectos más importantes que, en la actualidad, muestran la Región tan bien estructurada. De lo que es buen ejemplo la 'cruz' que, con centro en la capital y en modo autovía, estructuran el territorio de Norte a Sur, y de Este a Oeste. JGL quedará siempre altamente considerado por su ejemplar trayectoria profesional y los méritos adquiridos ante la sociedad.

De su empeño en mejorar las cosas de la Región da pistas la enorme consideración que sus superiores en el ministerio, todos, tenían de él. Conocedor como nadie de los entresijos presupuestarios de la dirección general de Carreteras, era muy solvente al presentar en tiempo y forma proyectos para la Región que, superando las trabas presupuestarias al efecto, eran tradicionalmente tenidas en cuenta por la autoridad ministerial. Esta forma de hacer para los funcionarios de Madrid, le dio fama de gran conseguidor y, en su consecuencia, cada vez que el jefe de carreteras de Murcia deambulaba por los pasillos de la dirección, el barrunto de ventajas para Murcia era ordinario, cuando no natural motivo de jolgorio. JGL conseguía para Murcia lo que ningún otro lograba para su Región. No en balde, por la sociedad murciana está considerado como el gran promotor de la red viaria regional.

No ha de extrañar, por consiguiente, que el ejercicio profesional de JGL haya sido reconocido, de manera oficial, en numerosas ocasiones. Dispone de la Encomienda de la Orden al Mérito Civil, otorgada por el Gobierno central; Diploma de Servicios Distinguidos de la Comunidad de Murcia; Medalla de Honor de la Asociación Española de la Carretera; Ingeniero de Caminos del Año 1993 que concede la Demarcación del Colegio en la Región para reconocer la capacidad técnica, de gestión y sus cualidades humanas; Medalla al Mérito Profesional del Colegio Nacional de ICCP; Personaje Distinguido por la Asociación de Amigos del Museo de la Huerta; Medalla de Plata de la Cámara de Comercio de Murcia; Escudo de Oro de la Federación de la Construcción, entre otras distinciones.

El homenaje que hoy le rinde la Demarcación en Murcia del Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos no es sino un acto de justicia para quien, por su trabajo, ha sido y será toda una referencia ejemplar para todos sus colegiados.