Los gorrillas pueden empezar a frotarse las manos ante el nuevo contrato de la ORA que el Gobierno local de Murcia ha adjudicado a Urbamusa sin concurso público y sin atender los requerimientos de la empresa que lo llevaba hasta ahora, que incluso llegó a escribirle una carta a los miembros de la junta de gobierno del Ayuntamiento capitalino para que recapacitaran. El PP dio su apoyo a la propuesta y Cs se mostró en contra generando el primer cisma del ejecutivo bicolor.

Los pedigüeños del aparcamiento pueden embolsarse la recaudación de la zona azul ante un contrato sobre el que se cierne la sospecha del fraude de ley y por el que el Ayuntamiento podrá sancionar a los conductores infractores, pero estos podrán declararse insumisos y no pagar. Es decir, no habrá cobro posible por la tramitación que ha llevado el cambio de empresa de un servicio que genera unos ingresos de más de dos millones al año.

La maquinaria burocrática de la Administración local de Murcia, puesta a funcionar por el PP, no ha tenido en cuenta distintos aspectos que son básicos a la hora de modificar las condiciones de un servicio. En primer lugar, esa nueva adjudicación debe hacerse en sesión plenaria y no en junta de gobierno. En ese punto, los populares han creído estar hábiles y han intentado colar ese contrato a sus socios en el ejecutivo local, que no han tragado. Además, saben que si lo llevan a pleno no contarán con el apoyo de Cs a no ser que la nueva contrata cuenta con los informes pertinentes, como se ha hecho en otras modificaciones.

Y ese es otro de los problemas de esta nueva etapa de la ORA. No cuenta con los informes de Intervención ni de la Agencia Municipal Tributaria, documentos que sí se han adjuntado en otros cambios de status como cuando se remunicipalizó el aparcamiento subterráneo de Santa Isabel. En esa deriva, de contratos sin informes, se van a encontrar, además de Cs al grupo municipal socialista, que es partidario de devolver a la gestión pública los servicios municipales siempre que se haga bien hecho.

Tampoco hay que menospreciar la modificación de ordenanza municipal que habría que hacer si en el servicio se van a hacer cambios sustanciales como ha pregonado la portavoz y concejala de Movilidad, Rebeca Pérez, que estos días ha estado 'vendiendo' las bondades del nuevo contrato en el marco del Proyecto MiMurcia. Que si precios más económicos, que si modernización con paneles y sensores, etc. Y ahí es donde debe producirse un cambio de ordenanza, un trámite burocrático que puede llevar meses por no decir años, dada la lentitud del Ayuntamiento de Murcia a la hora de modernizar sus normas.

La capital de la Región lleva en danza distintos cambios de ordenanza, algunos anunciados desde hace meses, que están atascados. Sin entrar en mucho detalle, se pueden enumerar algunos: La ordenanza de patinas de la que solo hay un borrador; la ordenanza de Servicios a la Comunidad y la ordenanza de los gorrillas, voceada este verano sin que de momento se sepa algo más concreto.

Viendo estos antecedentes es normal que hayan hecho el cambio de contrato de la ORA sin atender a modificar la ordenanza, que podría alargarse en el tiempo. Otro de los aspectos que ha generado dudas en la oposición es la necesidad de que se produzca una modificación de las ordenanzas fiscales actuales, que contemplan los precios actuales de la zona azul, que están clasificados como tasa. Ese trámite también se ha obviado.

La falta de informes que avalen el cambio a Urbamusa ha sido reconocida por el propio PP en la propuesta que llevó a junta de gobierno, que no fue avalada por Ciudadanos. Textualmente, se indica que «se está elaborando el estudio de viabilidad técnica y económica que acredite en su caso la rentabilidad y eficacia de la gestión por medios propios», sin que de momento haya trascendido si ese estudio está terminado. Ante tal panorama, no es de extrañar que el socio de gobierno de los populares y el PSOE, de la mano de Juan Vicente Larrosa, piensen que hay gato encerrado en la nueva adjudicación. El Gobierno local los ha citado a una reunión el miércoles, el día antes de que entre en vigor la nueva contrata y de que, quizá, podamos disfrutar de ORA gratis para todos. Por nadie pase.