La tele, siempre la tele. ¿Qué tendrá la tele? En el pacto de Gobierno PP-Cs no había mención alguna a la televisión autonómica, que quedaba adscrita al campo de competencias en manos del PP. Pero llegado el momento del nombramiento del nuevo director general de RTVM, el presidente de la Comunidad se decantó por Alejandro (Alex) García Villalba, mano derecha del director general de La7, Antonio Peñarrubia. García Villalba hace las veces de jefe de informativos aunque en la práctica esa función la ejerce Peñarrubia y con mano de hierro.

Alex es tan buena persona como, a la fuerza obligan, bien mandado. Y en consecuencia López Miras decidió su nombramiento. Pero éste había de pasar por la Asamblea Regional, y exige el plácet de Ciudadanos y de Vox para obtener la mayoría necesaria. En Ciudadanos saltó la alarma: ¿cómo se pretende que un empleado de la concesionaria para la gestión de La7 sea el encargado de controlar el cumplimiento del contrato por parte de la misma productora, Secuoya, que lo tiene en nómina? A cualquiera le parecería un contradiós. Aparte de que con ese nombramiento se detectaba una implícita preferencia sobre la intención del Gobierno acerca de la resolución del concurso en marcha para la renovación de la licencia de explotación: todo empieza y acaba en Secuoya.

Ahí es donde entra la vicepresidenta, Isabel Franco, quien propone para el cargo a la redactora de Onda Regional Marta Ferrero. Esto no cae nada bien en el PP, pues se daba por sobreentendido que le correspondía a éste decidir el nombramiento. Ferrero queda, a su pesar, definida entonces como ‘la candidata de Ciudadanos’, y el PP la descarta. Pero Franco insiste y llega incluso a ampararse en el PSOE para tratar de sacar adelante esa opción en la Asamblea.

Y en Ciudadanos se funden los plomos. La portavoz del Gobierno, Ana Martínez Vidal, y el portavoz parlamentario del partido, Juanjo Molina, a la par, deducen que la dirección de RTVM no es asunto principal como para provocar tan pronto una crisis de relación entre los partidos coaligados. E instan a que intervenga la dirección nacional de Ciudadanos para despejar el entuerto (Ciudadanos-Madrid decide en Murcia hasta el color del papel de váter de la sede regional).

Y así vamos a una tercera vía: ni García Villalba ni Ferrero; una nueva opción consensuada, dejando la iniciativa de la propuesta al PP. Luis Belló, uno de los redactores fundacionales de Onda Regional, con una trayectoria dedicada fundamentalmente a la sección de Deportes. Su nombre ya sonó en alguna otra ocasión, pero esta será la decisiva. Si entre unos y otros no lo queman desde hoy al próximo miércoles, será nombrado director general con los votos de PP, Cs y Vox y la probable abstención del PSOE.

El reguero que ha dejado este proceso es especialmente ilustrativo de lo que empieza a pasar en el Gobierno PP-Cs y, sin sorpresa alguna, de lo que ya viene pasando en el propio interior de Cs desde el mismo comienzo del pacto. Las relaciones entre la vicepresidenta, Isabel Franco, y la portavoz, Ana Martínez Vidal, son inexistentes y de evidente competencia y desencuentro.

La vicepresidenta intenta darle contenido a ese cargo, que se muestra simplemente formal y vacío de contenido, mientras la portavocía hace de eje entre las dos partes del Gobierno y proyecta una visibilidad más transversal que la de Política Social en que se aplica Isabel Franco. El pulso entre ambas consejeras de Ciudadanos proyecta en los agentes sociales más morbo político que el que desprende la primera experiencia de coalición entre dos partidos distintos.

Hay quienes auguran que la ruptura interna de Ciudadanos se adelantará a una posible quiebra, mar adentro de la legislatura, entre PP y los naranjas. El nombramiento del nuevo director general de RTVM ha sido el primer síntoma de que, con cualquier pretexto, pueden saltar chispas.

El primer y más avispado conocedor de estas circunstancias es el presidente, Fernando López Miras, quien ya se encargará de dibujar los escenarios para que avancen las cada vez menos soterradas rencillas que se perciben en el interior de Ciudadanos. De momento, su posición es la de favorecer el protagonismo de Martínez Vidal, que es cuña de la madera PP y dispone de una mayor capacidad de adaptación.