Es un bicho pequeño, verde y brillante. Se llama ranita meridional ( Hyla meridionalis, para los entendidos) y ya no es nuestra vecina. Los trabajos de campo parecen demostrar que esta especie es el primer vertebrado que se extingue durante este siglo en la Región de Murcia.

Y bien, ¿pasa algo? podrían peguntase alguno de ustedes. Rana más, rana menos, ¿cuál es la importancia?

Existen datos firmes, certezas científicas que informan de que en todo el planeta, y también en nuestra propia tierra, se está sufriendo un proceso acelerado de pérdida de especies silvestres y también de razas domésticas de utilidad agrícola y ganadera. Pérdida de genes para el futuro. Pérdida no sólo de belleza sino también de oportunidades económicas y de supervivencia. Pérdida de una relación sana con nuestro entorno.

El problema es que estamos acostumbrados a reconocer el asunto de la extinción de las especies asociándolo a hechos lejanos y espectaculares ante los que todos nos conmovemos, como la belleza anecdótica de los osos panda o la pena que nos daría que se extinguiera el oso polar. Razones éticas y estéticas que sin duda son perfectamente válidas. Pero la pérdida de la biodiversidad es mucho más. Es el perfecto indicador de que vamos por mal camino, de que nuestra propia calidad de vida irá a medio plazo en declive paralelo al declive de la calidad del ambiente, de que la industria farmacéutica perderá fuentes para nuevos desarrollos, de que decaerán las opciones de futuro para la industria alimentaria, de que perderemos las oportunidades económicas que se asocian a la biodiversidad, incluidas las del turismo y la contemplación.

Los científicos trabajan diariamente sobre las causas que conducen a que ahora nos encontremos en la era que se ha denominado como de 'la quinta extinción'. Calculan que conocemos no más de una cuarta parte de las especies que pueden habitar el planeta y denuncian que, de las conocidas, un tercio de los anfibios, una cuarta parte de los mamíferos, una de cada ocho aves e infinidad de especies de otros grupos animales y de la flora, están en serio peligro de desaparecer. Y en esta 'quinta extinción', a diferencia de las anteriores en la historia de la vida, nada parece haber de causas naturales, ni de meteoritos ni de drásticos cambios climáticos. La única responsabilidad es la de la pura influencia de la especie humana sobre el resto de seres. Como para dar que pensar.

En nuestra propia tierra, junto a nosotros, una gran cantidad de especies de flora y fauna se encuentran en alguna de las categorías entre las que los que entienden de estos temas las clasifican según su grado de amenaza. Populares son la tortuga mora, el ciprés de Cartagena, algunas rapaces y unas cuantas especies más. Sin embargo les aseguro que son decenas las especies compañeras de nuestra propia tierra las que intentan resistir, como hasta ahora lo ha hecho la ranita meridional, a las trasformaciones en el territorio, a la intervención intensiva sobre sus hábitats, a los impactos de las actividades humanas, a tanta falta de atención que, histórica y actualmente, prestamos a la conservación de la naturaleza.