¿Cuánto tiempo se tarda en constituir un equipo de Gobierno tras la toma de posesión de su presidente? Una eternidad para el propio discurso del presidente, que insistía desde el minuto uno en que toda dilación, en la fase de los pactos, era un drama para la Región. Pero una vez constituido trabajosamente el tripartito parlamentario (ufff) se acabaron las prisas. Se constituyó el Gobierno, eso sí, y con él los secretarios generales de cada consejería, una urgencia fundamental para que funcione la papelería burocrática del propio desenvolvimiento interno. Y, de inmediato, las jefaturas de prensa y de gabinete, para no perder ripio ante los medios de comunicación e impulsar lo principal: la propaganda.

Pero las direcciones generales, el esqueleto básico de la estructura de la Administración política, la gestión pura y dura, debió esperar. Un largo mes, el agostorro, a la espera entre la meditación y el chapuzón. Y todavía hoy, a 8 de septiembre, quedan flecos por ajustar, algunos de ellos de gran importancia. Y, mientras tanto, venga a reprochar a Pedro Sánchez que mantenga a su Gobierno en funciones. Desde el 26 de mayo, en la Región de Murcia hay también un Gobierno en funciones, en este caso sin excusa. Desde ayer, por fin, deberá funcionar, ya veremos cómo.

A Cs le faltaba gente; al PP le sobraba. Tiene gracia que Isabel Franco, ya sin solución en la maldita hemeroteca, asegurara que en el Gobierno no habría consejeros independientes por lo que tocaba a su partido: dos de cuatro, por si fuera poco.

Pero a fin de cuentas, en el segundo escalón, entre los recuelos de las listas electorales que quedaron sin plaza por los catastróficos resultados en las urnas (menos votos de los que Miguel Sánchez obtuvo en la anterior legislatura, y ahora con circunscripción única) más algunas personalidades afines, han conseguido cuadrar equipos que no están mal a primera vista. Por encima de lo esperado.

En cuanto al PP, tiene gracia observar el arte de birlibirloque con que se ha desempeñado López Miras para recolocar, traspasar de lugar, compensar, combinar y satisfacer muchas de las piezas del damero maldito de los cargos públicos que deben encajar en un espacio achicado.

Es verdad que para cocinar este pastel ha sido necesario ampliar sin justificación el número de direcciones generales y similares, entes y cosas, en contradicción con la necesaria austeridad que proclaman ambos partidos coaligados, PP y Cs, partidarios del adelgazamiento de las Administraciones, pero solo cuando no son ellos los que gobiernan.

Desde el núcleo duro de la consejería de Hacienda me comentan que la deuda de la Comunidad, que va ya por los 10.000 millones de euros, podría crecer hasta el final de la legislatura a razón de mil millones por año: 4000 millones más como poco. Y es que parece obvio que las cuatro consejerías gestionadas por Cs no se van a conformar a partir de los próximos presupuestos con mantenerse en la posición de farolillos rojos respecto a las que han quedado en manos del PP. Van a presionar para tener más disponibilidad, lo que también llevará al flanco popular a incrementar sus propias asignaciones para mantener el actual desequilibro a su favor, que es lo que compensa la sensación de que han sido excesivamente 'generosos' en el pacto de gobernación con Cs.

Todavía queda una tercera derrama de nombramientos en el capítulo de asesores y paniaguados, que servirá para abrigar en la Administración a los que se han quedado descolgados sin merecer una plaza de relumbrón. Pero esto ya se producirá en la fase en que esté todo instalado.

Sobre la marcha, lo que vemos es que hay direcciones generales que podrían ser agrupadas, algunas que se suplantan, y otras que adquieren combinaciones extrañas, empezando por su propia denominación imprecisa. Y bailes competenciales que, en el largo periodo de gobernación popular se han venido explicando con implacables razones y sus contrarias: que si Investigación debe estar ligada o no a Universidades; que si Innovación debe ir o no con Empresa; que si Empleo es inseparable o no de Economía; que si el Info es más propio de Empleo o de Empresa; que si Cultura y Turismo son novios incuestionables o si es mejor que la primera vaya con Educación; que si Juventud y Deportes, dos marías en la concepción tradicional de las Administraciones populares, han de ir de acá para allá en cada remodelación, como nómadas inubicables...

Como perla cultivada, cabe destacar que a Paco Jódar, exalcalde de Lorca, fugaz consejero de Agricultura por incompetente y frustrado senador lo han hecho director del BORM. Y, por increíble que parezca, ha aceptado el cargo con el único objetivo de cobrar el sueldazo. Así concluyen determinadas carreras políticas: antes la sopa boba que regresar dignamente al trabajo. Y luego hablan de los que cada día madrugan para levantar la persiana.

En cuanto a la coordinación de este pequeño pulpo de mil cabezas, ahí tienen el ejemplo de Política Social, que porta en el título la casilla LGTBI (Cs), y cuando la consejería de Educación (PP) da cumplida respuesta al pacto con Vox para que los padres autoricen las charlas sobre ilustración sexual en los colegios, la consejera de lo primero se extraña de que el colectivo al que quiere representar la repruebe, pues según ella debieran limitarse a hacerlo a la de Educación: Isabel Franco 'no entiende' qué sentido puede tener «la reprobación de una consejera de Política Social por una medida de Educación». ¿No lo entiende? Es sencillo: la custodia de los derechos LGTBI corresponde a su departamento.

Hemos de deducir, por tanto, que tenemos una Administración con departamentos estancos, y hay medio centenar de ellos. En unos te dirán una cosa, y en otros la contraria. Pelotearán con los ciudadanos, según vemos. Y encima exigirán que todo deba ser aceptado como coherente.

Lo más relevante a estas alturas es que el nuevo Gobierno consta de dos referentes fundamentales: Javier Celdrán (Presidencia y Economía) y Ana Martínez Vidal (Empresa y Portavocía). PP y Cs respectivamente. Pero uña y carne. Son el núcleo central del Gobierno, y lo demás, acompañamiento. Se verá cuando esto empiece a girar.