Desayuno con Pedro Saura. Acaba de abandonar su despacho en el ministerio de Fomento para venir a la playa a darse un chapuzón. Está de vacaciones en funciones, como en su cargo de secretario de Estado. Las conversaciones políticas en bermudas son más relajadas, pero mientras doy cuenta de mi napolitana de crema no se me olvida que estoy con un señor que tiene en nómina a 55.000 empleados y maneja un presupuesto de 15.000 millones de euros, algo así como la mitad del PIB de la Región de Murcia. De su departamento, Infraestructuras, Transportes y Vivienda, cuelgan empresas como Aena, Adif, Renfe, Enaire, la Marina Mercante o Salvamento Marítimo.

Dice Saura que no sabe si habrá elecciones anticipadas, y que nadie lo sabe, pero se huele que sí. Y otra vez, probablemente, le tocará protagonizar la candidatura del PSOE por Murcia. Puede batir el récord de ser el cabeza de lista más reincidente y a la vez, en esta fase de legislaturas de un año, el del diputado que menos tiempo ha permanecido en su escaño. Mantener una conversación con el paisano es complicado porque continuamente le asalta el sonido del Whatsapp, en el que recibe mensajes del ministro Ábalos para arriba. O eso supongo. Y no sería extraño: las competencias que gestiona no caben en un serón.

Hoy las portadas han amanecido con la cosa del pago en las autovías, lo que califica de 'serpiente de verano': «Es un asunto que todavía está muy verde». Sobre el Open Arms, cuestión candente, augura un pronto final feliz, «pero Europa tiene que tomar decisiones». Sobre la llegada del Ave a Murcia le recuerdo que el PP proclamó el pasado verano que en aquel agosto haría su primera parada en la estación del Carmen: «Tan verdad», dice, «como que todavía no ha llegado a Elche ni a Orihuela». En el último ejercicio, de sus 15.000 millones de euros, 1.100 han venido a parar a la Región.

Me anuncia que cuando haya Gobierno PSOE, que él cree que lo habrá en cualquier caso, desaparecerá el ministerio de Fomento. No se alarmen. Cambiará de denominación. Será de Transportes y Movilidad. Su teoría, que dejó caer el pasado domingo en el salmón de El País, es que en el mundo al que vamos serán más importantes las comunicaciones sostenibles que las infraestructuras: «Está comprobado que las infraestructuras no incrementan el PIB», asegura.

Saura parece feliz y preocupado. Las dos cosas. Estos días se ha puesto las chancletas de playa, pero no deja ni un minuto de responder al móvil. Es el murciano que más pasta maneja. El desayuno lo paga él, claro. Qué menos.