El vasto entendimiento, por lo general, está compensado por un carácter escorado a la simpleza y a la palabra rápida. Existir junto al abismo de la ignorancia es arriesgado, posiblemente sea la preparación anticipada de la muerte; considero desventurado al hombre que es renuncia de conocimiento: el mundo es inútil sin la necesidad de saber.

Las personas que saben no tienen necesidad de hablar. No son la absurda palabra vestida de despropósito, que con algún añadido, se convierte en calumnia, mentira o difamación. Lo cotidiano es trabajo pasivo, que nos escribe buenos textos y nos hace pensar... La reflexión puede darnos largas horas de confidencias, lo importante es dejarla hablar.

De la literatura francesa aprendí a darle un aire romántico a todo. Durante el siglo pasado pasaron grandes acontecimientos, y a pesar de su perplejidad, los escondieron entre la poesía. Bien, pues con el temperamento de Goethe, voy a arrebatarle la 'gloria' a los que no piensan y voy a decirles cuatro palabras, bueno no, mejor cuatro sílabas: ig no ran tes. Pobres políticos, pretendiendo ser la fuerza que unifican los países, con las redes sociales, se han convertido en el temperamento de histéricos y cismaticos. Es increíble las barbaridades que pueden leerse en las redes sociales. Me asombra pensar que los respetos están alejándose del ser humano y todo a día de hoy es influencia de la mala educación. Presumimos de cultura, y resulta que frecuentamos las malas formas a la primera de cambio... Qué torpeza no ver que la violencia es el arma de los necios. La política es la voz casada con el político y con el ciudadano; es lamentable ver como son amenazados a diario en las redes sociales.

No soy amante de la política, pero con la espontaneidad de la reflexión, me gustaría decir un par de cosas. De todos depende que la violencia verbal no se convierta en plaga; es muy triste entrar en las redes sociales y ver que la plácida costumbre de diálogo se está perdiendo y en sustitución están llegando las amenazas de muerte, los insultos, las difamaciones y un largo etcétera.

Me gustaría acudir a las redes sociales y encontrar menos violencia y más reflexión. En fin... Aquí me quedo junto al verde, contentando a las hormigas que vienen a comer las migas de un bocadillo.