El viñetista Pedro Sabiote dibujó hace dos años una caricatura de Ana Belén Castejón sujetando la cabeza que le acababa de cortar a José López. La evidente metáfora representaba el cese del edil del Gobierno municipal por los reiterados insultos y faltas de respeto hacia la regidora, que era objeto constante de los desprecios de su exsocio. Aunque lo cierto es que era una ruptura anunciada y hasta se podría decir que el propio López lo buscaba.

Fue la primera vez que una viñeta figuraba como foto de portada del diario y, hoy, podría repetirse perfectamente, aunque con un nuevo sentido, porque esta vez nadie lo esperaba.

Pocos meses después, tras conocerse la designación de Noelia Arroyo como candidata a la alcaldía de Cartagena, López criticó al PP por elegir a «una rubia con los labios pintados», en una clara alusión a la imagen de la que iba a ser su competidora, que recorrió España en los informativos por el supuesto machismo de las declaraciones. Además, López ha arremetido constantemente contra la supuesta murcianía de Arroyo y su falta de apoyo a Cartagena por parte de la consejería que ocupaba.

A esto hay que sumar que el PP le tenía una guardada a López por arrebatarles la alcaldía hace cuatro años, pese a que eran los más votados.

Pero si alguien ha sufrido los menosprecios del líder de MC ha sido Manuel Padín, al que marcó para siempre con el apelativo de 'cortito'.

Castejón, Arroyo y Padín han demostrado que la venganza se sirve fría y se han unido para pasar de ser las víctimas del verbo de López a ser sus verdugos. Además, lo han hecho por sorpresa, cuando el edil cartagenerista ya se veía de nuevo con el bastón de mando, tirando por tierra todos sus planes para gobernar.

El primer tripartito de Cartagena se la juega y puede convertir en un héroe del pueblo a López, aunque tiene cuatro años para demostrar con hechos que el bien de Cartagena no entiende de exclusividades, de rivalidades, de siglas, de órdenes de partido ni de pactos imposibles. Cartagena los juzgará.