Aún quedan semanas para saber cómo quedarán definitivamente las juntas municipales de las pedanías y quiénes serán los alcaldes de estos pueblos, donde vive más de la mitad de la población de Murcia. Sin embargo, el pacto entre el PP y Ciudadanos, que le da ha dado la alcaldía de la capital de la Región de nuevo a José Ballesta, lleva, además de la conformación de una coalición de gobierno, el reparto del poder en las localidades que conforman el principal municipio. El pacto que se materializó minutos antes del pleno de toma de posesión el pasado sábado llevaba implícito la unión de ambos partidos en las juntas vecinales. El acuerdo contempla que Cs se quedará con las pedanías en las que es determinante, por lo que los naranjas ampliarán su poder en las pedanías y llegarán a hacerse con 15 pueblos, algunos de ellos tan importantes para los socialistas como Cabezo de Torres, donde ha gobernado hasta ahora Paco Viudes, mano derecha del socialista José Antonio Serrano, líder de la oposición municipal.

La formación que preside Albert Rivera gobernará en cuatro pedanías más que en el pasado mandato pese al retroceso en votos, que se puede contar por miles. Ciudadanos sigue manteniendo como líneas rojas no aliarse con Vox ni para conseguir más pueblos ni para que el PP obtenga más juntas vecinales. No va a apoyar ningún tripartito. La pérdida de sufragios le ha mermado también al grupo municipal de tener un concejal más (han pasado de cinco a cuatro ediles), pero su posición de muleta le ha permitido hacerse con cuatro concejalías, aunque solo una de ellas es fundamental e importante en el organigrama del Ayuntamiento de Murcia. Cs no ha logrado, como era su intención, quedarse con el departamento que gestiona las pedanías, unos territorios donde sus propias huestes son bastante críticas con la gestión que el Gobierno local hace del presupuesto municipal y con la alianza de poder que se ha establecido con el PP para este mandato.

De hecho, de donde más presión ha recibido el líder de Ciudadanos en Murcia y ya teniente de alcalde y concejal de Fomento, Mario Gómez, tras las elecciones municipales, ha sido precisamente de las pedanías, que no veían con buenos ojos esa unión con los populares. Esta actitud beligerante de los pueblos será, sin duda, una china en el zapato para el edil naranja, que deberá en un mismo escenario defender las políticas populares (no es previsible que el PP cambie su forma de actuar en pedanías) y calmar los ánimos de los representantes naranjas.

Segundo gobierno de coalición

Segundo gobierno de coaliciónEl líder naranja calificó en el pleno de toma de posesión esta nueva etapa como histórica, ya que es la primera vez que Cs entra en el ejecutivo local y lo hace de la mano del PP, a quien tanto criticó en campaña. Será el segundo Gobierno de coalición en la historia del municipio. El primero lo protagonizó el alcalde José María Aroca, que integró en su equipo a los comunistas de entonces Pedro Antonio Ríos -hoy en el PSOE­-, que se encargó de Tráfico, y José Luis López Mesas, que asumió Sanidad. El equipo funcionó muy bien y tomó decisiones valientes como dejar en un solo sentido la Gran Vía de Murcia, a propuesta de Ríos. El mandato transcurrió sin contratiempos y agotó los cuatro años. Ahora, los mimbres actuales no son tan sólidos como antaño. Por nadie pase.