Pocos días han transcurrido desde que el pasado 26 de mayo la ciudadanía, entre ellos los más de 75.000 empleadas y empleados públicos de la Región se enfrentara a la decisión de elegir al nuevo gestor de lo público, en este caso Comunidad, Ayuntamientos y hasta eso que llamamos la UE. Y en esos pocos días ya hemos vistos como todos los partidos que han obtenido representación se afanan por lograr pactos que les den la gobernabilidad. Y como todos quieren barren para casa. En este escenario, como representante de la Federación de Empleados y Empleadas de los Servicios Públicos de la Unión General de Trabajadores, quisiera utilizar esta tribuna para trasmitir lo que muchas y muchos de nosotros queremos, como ciudadanas y ciudadanas y como personal de las Administraciones públicas.

Queremos que se tenga en cuenta nuestra experiencia, las necesidades detectadas en nuestro trabajo diario con las y los murcianos. Y sugerimos que se plasmen en una serie de pactos que vengan a resolver aquellas carencias que nos alejan del bienestar.

En UGT nos gustaría ser testigos de un Pacto por la Educación en el que se potencie la escuela pública, con centros inclusivos y coeducativos, al tiempo que se congele la concertación de nuevos centros y se vigile el escrupuloso cumplimiento de los acuerdos con los ya existentes; en el que se establezca la gratuidad en el servicio de comedor y transporte escolar y la implantación de la educación infantil de cero a tres años, también con carácter gratuito, así como la diminución de las horas lectivas del profesorado y las ratios en las aulas; la reducción de tasas y gastos de matriculación en universidades y una mayor transparencia e independencia en las instituciones académicas públicas, con planes de financiación plurianuales.

También nos gustaría estar presentes en un pacto por la Sanidad pública, en el que se tenga en cuenta la necesidad de desarrollar un Plan integrado de Salud, que contemple la eliminación de los copagos y que incremente la dotación del personal del SMS, con una potenciación de la Atención Primaria. Debería incluir la paralización de privatizaciones y la recuperación de aquellos centros que fueron privatizados, la inclusión de todas las categorías profesionales en la Ley de Función Pública, ajustándose al EBEP y establecer unos estándares mínimos y ponderados de recursos sanitarios que nos acerquen a la media europea.

En cuanto a la Administración autonómica, debería existir un pacto que afiance unos servicios de calidad, apoyados en el empleo público y desterrando la eventualidad y la precariedad. Una Administración que apueste por la investigación, potenciando organismos como el IMIDA y creando otros independientes capaces de velar por el Medio Ambiente con garantías. Y eso pasaría por un nueva Ley de Función Pública de la Región más real y flexible.

Además, desearíamos ver un gran pacto en el ámbito de la Administración Local, tan dispar entre diferentes municipios, para logar que sea más sostenible y con mejoras para el siglo XXI, dando estabilidad al personal interino y acabando con la contratación fraudulenta y la excesiva carga de trabajo que, finalmente, en lo que repercute es en la calidad de los servicios, ofreciendo más formación y más prevención de riesgos, en especial a colectivos de emergencias y cuerpos de seguridad como policía o bomberos.

Llegados a este punto, tampoco debemos olvidar sectores tan importantes en la comunicación universal como son el postal y su implicación con el sistema público de información, donde es esencial la recuperación del 100% de lo recortado en prepuestos para que la empresa pública postal pueda ser viable y de calidad.

Y todo ello sin olvidar la carrera y promoción profesional para todos y todas, incluido el personal interino; ubicar a los técnicos superiores en el lugar que les corresponde, los Grupos B; y la recuperación de la jornada semanal de 35 horas, así como la implantación gradual del teletrabajo, que supondría la generación de empleo en las administraciones públicas, y un importante avance en la conciliación de la vida laboral, social y familiar.

Podríamos seguir durante horas. Muchas son propuestas que emanan de la propia ciudadanía, propuesta que se deberían tener en consideración, propuestas que llevan detrás una carga importante de ilusión y de proyectos de futuro, que incluyen una sociedad socialmente más justa, más igualitaria y, cómo no, más adaptada a nuestros tiempos. Estas podrían ser las bases de la Administración regional no ya del futuro, sino del presente, lo que nacería del trabajo de todas y todos los empleados públicos regionales.

Ahí lo dejamos, por si alguien o alguna formación tiene la madurez política suficiente para aceptar que una sociedad de auténtico Estado del Bienestar debe crearse por todas y todos; con pactos realizables, dotados económicamente, y no frugales firmas y fotos en medios que no nos llevan a ninguna lugar. Una sociedad en la que se tengan en cuenta las opiniones de los que día a día, trabajamos mano a mano con las y los ciudadanos, conocemos sus preocupaciones e intentamos solucionar sus necesidades en primera persona. secretario General Federación de Empleadas y Empleados de los Servicios Públicos UGT Región de Murcia