Poca gente por estos lares reparará en que el próximo 9 de junio se celebra el Día Internacional de los Archivos, entre otras cosas porque coincide con el Día de la Región. Esta fecha fue elegida por la Unesco en el año 2007, en recuerdo del día en que se creó el Consejo Internacional de Archivos (ICA), el 9 de junio de 1948. Alrededor de esa fecha, archivos de todo el mundo realizan jornadas de puertas abiertas y multitud de actividades para dar a conocer sus fondos, su trabajo y sus instalaciones.

En 2011, en la 36ª Conferencia General de la Unesco, celebrada en París, se firmó la Declaración Universal sobre los Archivos y en ella se establecen cuales son las necesidades y obligaciones de la sociedad con respecto al patrimonio documental. Teniendo en cuenta que ese patrimonio es fácilmente maltratado por su debilidad formal y por su gran valor intrínseco, casi siempre está en riesgo de desaparición, ya sea por conflictos armados o por intereses políticos o económicos.

Desde que nacemos, nuestra vida está apuntada en un papel, en un documento. Nos registran, nos bautizan, nos empadronan. Ya está, ya estamos en los documentos. Todas nuestras acciones sociales, administrativas, fiscales, hasta nuestras cosas familiares están fijadas en la memoria por medio de algún tipo de documento. Hacemos fotos, coleccionamos revistas, firmamos contratos, compramos casas, nos casamos, nos divorciamos, fichamos en el trabajo... y así hasta el infinito. Si además se trata de alguna institución, se generan todos los días documentos que tenemos que custodiar como garantía de derechos. Por lo tanto, es esencial recordar que los archivos custodian documentos creados, recibidos y conservados como una evidencia y como información para una organización o una persona, para responder a obligaciones jurídicas o a transacciones.

Los archivos están compuestos por los documentos que producen aquellas personas o instituciones que los han creado. Sus sucesores y quienes los mantienen legalmente vivos se encargan de custodiarlos, conservarlos y ponerlos al servicio de la sociedad (respetando los niveles de privacidad que indican las leyes), debido a su valor jurídico o porque tienen un significado histórico.

Los archivos, como los museos y las bibliotecas, representan un patrimonio cultural y una fuente de información imprescindible para entender nuestro pasado. El patrimonio archivístico representa un testimonio fundamental acerca del desarrollo económico, político, social y cultural de la humanidad. En la Declaración Universal sobre los archivos se reconocieron seis puntos sobre los que trabajar. Dice la Unesco que los archivos son testimonios fieles de la sociedad, garantizan derechos individuales y colectivos, son diversos, los documentos que custodian son múltiples en sus nuevos soportes, los profesionales de los archivos sirven a la sociedad, y por último declara que todos somos responsables de garantizar la existencia de los archivos.

En esa misma declaración universal, los Estados miembros se comprometen a seis objetivos: garantizar la políticas sobre archivos, gestionar eficazmente los fondos archivísticos, dotarlos de recursos humanos y presupuestos suficientes, asegurar la autenticidad, fiabilidad, integridad y uso de los documentos, asegurar la accesibilidad y asegurar que los archivos contribuyan al desarrollo de la responsabilidad de los ciudadanos.

La diversidad de las fuentes de archivos y su formato está cambiando y es considerable por eso para asegurar su conservación, es necesario tener un enfoque muy amplio que considere todos los tipos de archivos y los materiales de soporte. No es posible limitarse a un único tipo de archivo, todos merecen atención. En nuestra región tenemos archivos municipales y autonómicos, religiosos, privados con archiveros y archiveras con instalaciones más o menos en condiciones y un trabajo interesante para los investigadores como es el Proyecto Carmesí, por el que se están digitalizando miles de documentos históricos pertenecientes la mayoría, a archivos municipales.

El Archivo Municipal de Murcia es un joya, no solo para los que cada día visitamos su nueva web, sino que es un elemento de primer orden en cuanto a sus colecciones: fotografías, carteles, planos, actas capitulares, cartularios, libros manuscritos, biblioteca de temas murcianos del legado de José Alegría, etc, y me consta que van a realizar actividades durante esta semana de celebración. El Archivo Municipal se ubica en el Palacio Almudí y tiene otras dependencias en la Finca Mayayo, pero es necesario, urgente y de justicia que disponga de unas instalaciones acordes con sus fondos y que se le dote del personal suficiente para que, por un lado se cumpla con las recomendaciones y compromisos que determina la Unesco y, por otro, que nuestros vecinos y vecinas se acerquen, conozcan y respeten el valioso patrimonio documental que conserva.

El Museo de la Ciudad de Murcia organiza un taller de caligrafía medieval estos días y doy por hecho que otros archivos de nuestro entorno organizarán actividades especiales.

Feliz Día de los Archivos y viva la paleografía.