Lleva un tiempo circulando un vídeo, Una carta a los hombres buenos: «Toca pediros perdón»,, en el que se da por supuesto que hemos llegado a un punto en el que hay que pedir perdón a los hombres buenos. ¿Perdona? Los hombres buenos no se verán amenazados ni cuestionados. Los hombres buenos verán tan necesario como nosotras que es preciso trabajar por una sociedad igualitaria, que hay que acabar con las víctimas de esta lacra social que es la violencia machista y con el machismo en sí mismo. ¿Acaso los hombres buenos deben sentirse agraviados por la búsqueda de igualdad de derechos entre el hombre y la mujer, que es lo que pretende el feminismo (que no lo digo yo, que lo dice la RAE)?

¿Cuál es el daño que puede recibir el hombre derivado de esa pretensión que lleva aparejada la igualdad de responsabilidades, oportunidades, obligaciones y respeto? ¿Qué hay de molesto en que deseemos la misma vara de medir y consideración hacia hombres y mujeres? ¿Temen acaso perder sus privilegios mantenidos y alimentados a lo largo del tiempo? ¿Por qué algunas mujeres se sienten amenazadas por esta pretensión? ¿Están abducidas? ¿Ciegas? ¿Temerosas? ¿Buscan la aceptación del macho dominante?

Un amigo me envió este vídeo y se molestó por mi ausencia de respuesta. Ahora me tacha de feminista 'radical'. No me molesta, no me representa y su única explicación a ese 'radical' que me adjudica es que me disgusté al recibir semejante patraña. No me enfadé con él. Me sentí frustrada y triste porque sé que, por mucho que me esfuerce, no va a entender nada. No hay más ciego que el que no quiere ver o el que ve solo lo que quiere o le conviene ver.

En el mencionado vídeo está todo mal. Es un caramelo envenenado, un veneno dulce, un deslumbrante envoltorio cargado por el diablo, que entra por los oídos por la vista y que está acabando con tantas vidas.

Se nos tacha ya desde el principio a las feministas de 'pocas y locas'. El vídeo está plagado de mentiras; por ejemplo, que el hombre ha perdido la presunción de inocencia. La ley contra la violencia de género es constitucional y, por tanto, se respeta un derecho tan fundamental como este. Precisamente, esta presunción de inocencia da lugar a que, en una materia como la violencia de género, donde el delito normalmente se comete en la intimidad, haya una cantidad considerable de sentencias absolutorias por falta de prueba y no, como se empeñan en argumentar, de denuncias falsas.

Continúa el vídeo plagado de falsedades. El hombre no es el enemigo para las feministas ni mucho menos. El enemigo es el machismo y las conductas machistas, vengan de quien vengan, que limitan la libertad, las decisiones, el comportamiento, el acceso a determinados sectores y el desarrollo personal y laboral de muchas mujeres y que pueden derivar en violencia e incluso, en la muerte. Recordemos que un total de veinte mujeres han sido asesinadas por violencia de género en lo que va de año.

No, no somos la otra mitad del hombre, como sigue predicando el vídeo. Deberíamos ser seres completos y elegir si queremos ser acompañados y acompañar a otros, sean éstos hombres o mujeres.

Se dice asimismo que los hombres mueren más en homicidios. ¿Es mayor el número de hombres muertos a manos de sus parejas mujeres? Por supuesto que no. Un asesinato siempre está mal, pero hay un tipo de violencia específico del macho dominante sobre la mujer objeto, el de 'la maté porque era mía', el de 'algo haría esa mujer para que ese hombre se pusiera así'.

Otro absurdo escuchamos a continuación: hay más hombres que participan en rescates, salvamento, incendios, etc. Por supuesto, desde niños, desde la cuna, la formación del hombre y la mujer se dirigen a ámbitos distintos. El campo laboral y profesional de la mujer está orientado a su papel de servicio y cuidadora desde que el mundo es mundo, no hay más que darse una vuelta por las estanterías de juguetes para niños y niñas. Se destaca la fortaleza física del hombre como valor para colocarlo por encima de la mujer.

La biología es la biología, pero os sorprendería lo que puede hacer con el cuerpo humano un buen entrenamiento y la voluntad y, en cualquier caso, habría que ofrecer la libertad de poder elegir. Aseguran en el mencionado vídeo que se sienten orgullosas de ver mujeres en las Fuerzas Armadas, pero de ser rescatadas, probablemente tendrá que hacerlo un hombre. Sueltan esta incongruencia sin despeinarse y sin temblarle la dulce voz a la narradora. Tampoco duda al asegurar que es la madre la que cuida a todos sus hijos por igual «sin importarle que sean niños o niñas», aunque las niñas, según su visión, nunca salvarán una vida. Entonces ¿el cuidado de los hijos no es responsabilidad también de sus padres? ¡Sorpresa!

A continuación, niegan la mayor: «No sé qué bobadas del patriarcado». Se quedan tan a gusto pidiendo a los hombres que nos sujeten la puerta, que somos mancas y que nos ayuden 'a bajar un carrito del bebé porque sería una aberración que el carrito lo empujase un padre o cuidase de su bebé. Pide la voz del vídeo que nos regalen los oídos y buena educación, creo que lo de la buena educación es unisex y que el halago vacío es una estupidez y un engaño.

Anima esa voz a que nos digan «te veo estupenda» o «estás más delgada» que siempre será bien recibido porque, al parecer, la verdad no es importante y no tenemos derecho a no estar bien ni cansadas, sino siempre estupendas y porque lo importante y la única meta y valor de una mujer es estar «siempre más delgada» por delgada o gruesa que esté. Somos un florero, un objeto decorativo, tendremos que ser bonitas sin más remedio y bajo el canon que ellos decidan. Asegura esa dulce voz que os necesitamos y os valoramos. Claro, el ser humano es un ser social, necesita del otro, hombre o mujer y valorar, pues habrá que valorar a quien lo merezca, hombre, mujer y viceversa.