Amigas y amigos jóvenes:

Vivimos en el mundo una situación muy crítica. Oscuros nubarrones se ciernen a lo largo y ancho del planeta, globalizando el fundamentalismo económico, político, cultural y religioso. Parece haberse ahogado la esperanza en un mundo más abierto, tolerante, humano y respetuoso con nuestra madre Tierra de la que formamos parte.

Los dirigentes políticos no responden a los desafíos que nos plantean la humanidad y el planeta Tierra, nuestra casa común. En España los líderes de los partidos políticos están empeñados en descalificarse unos a otros para llegar al poder, sin presentar propuestas serias y coherentes ante los graves problemas que nos afectan a todos, como son la creciente desigualdad y el alarmante cambio climático. La Tierra y la humanidad son inseparables, forman una única entidad indivisible. Los seres humanos somos esa parte de la Tierra que siente, piensa, ama y cuida todo lo que es vida.

Vosotros, jóvenes, soñáis con una nueva sociedad más humana, justa, libre, equitativa en donde se respeten los derechos humanos y se acoja a aquellas personas que huyen del hambre y de las guerras. Soñáis, asimismo, con un planeta limpio. Pero no salvaréis la Tierra si no conseguís cambiar el sistema económico dominante que es el causante de tanta injusticia, del saqueo de los recursos naturales y de la contaminación que destruye el medio ambiente. En este sistema la economía y la política no están al servicio de la vida sino del mercado y del lucro. Los países ricos son los que más contaminan y los países empobrecidos son los que más sufren el cambio climático debido a las severas sequías que éste ocasiona. Es necesario pasar de la cultura del consumo a la cultura del cuidado y de la sociedad capitalista a la sociedad solidaria.

El sistema crea ricos cada vez más ricos a costa de pobres cada vez más pobres. Se nos impone la fórmula de 'austeridad', que en realidad es para los más pobres y es prosperidad para los más ricos. Así lo hemos visto en España, en Europa y en muchos otros países. El sistema no cesa de decirnos que el actual modelo económico de libre mercado sacará a la humanidad del subdesarrollo. Ese día no llegará nunca porque antes de que llegue se habrá destrozado el planeta, que ya ahora consume cada vez más de lo que puede regenerar, como señala González-Faus.

El planeta Tierra solo tiene remedio con una civilización de la sobriedad compartida. Que todos los seres humanos tengan cubiertas sus necesidades básicas de alimentación, vivienda, trabajo, salario digno, salud, educación? pero ninguno con lujos y derroches. Para acabar con la pobreza y salvar al planeta, hay que acabar con las grandes diferencias sociales que hay en el mundo, con ese 1% que posee casi tanta riqueza como la mitad de los habitantes de la tierra.

También en España, la corrupción de altas personalidades de la vida política y económica ha generado pobreza en multitud de familias y degradación de los valores éticos en nuestra sociedad.

Hay dirigentes políticos, en el mundo y en España, que de una manera irresponsable, niegan el cambio climático, imponen políticas que favorecen la discriminación, el racismo, la xenofobia, la aporofobia, la intolerancia, el militarismo y el armamentismo. Sé que vosotros los jóvenes sois conscientes de esta realidad y estáis listos para hacer frente a estas corrientes inhumanas, destructoras y generadoras de muerte. Vosotros amáis la vida y amáis el planeta. En vosotros está la esperanza de un mundo mejor del que hemos dejado los mayores. Sed valientes y decididos porque os jugáis vuestro futuro y el de las generaciones venideras.

Una vieja civilización se acaba. Y algo nuevo está naciendo. Necesitamos construir una nueva civilización capaz de asegurar una vida digna para todos los seres humanos en un planeta y en un país con recursos limitados. Es por eso que es necesario cambios radicales en el modo de vida y formas de producción.

Quienes entre vosotros seáis cristianos, acoged con alegría y dinamismo el mensaje liberador de Jesús de Nazaret, quien proclamó una nueva humanidad fraterna, sin discriminación, sin racismo, donde reine el amor y el respeto a todos los seres de la naturaleza y particularmente a todo hombre y mujer sin importar su nacionalidad, lengua, pensamiento político o credo religioso.

Jóvenes, no consintáis que la sociedad neoliberal y de consumo os domine y esclavice. Resistid a la cultura de la acumulación. La felicidad radica en el compartir y en luchar por otro mundo más humano. Sed libres para decidir y cambiar el rumbo de nuestra historia. Vosotros tenéis la palabra. Unidos y organizados lo lograréis. En vosotros está la esperanza. Ha llegado el momento. Ya está emergiendo en la juventud una corriente que busca un estilo de vida más participativo, justo, equitativo, sencillo, abierto al diálogo, respetuoso con la diversidad, solidario y compasivo tanto con el ser humano como con la naturaleza. Es hora de soñar en una nueva civilización, en la utopía de otro mundo posible, porque amamos la vida y a la humanidad. Es hora de actuar.

Concluyo con un verso de Miguel Hernández:

La juventud siempre empuja,

la juventud siempre vence,

y la salvación de España

de su juventud depende.

Un fraternal abrazo.