Siempre he creído que la Educación, la Sanidad, y también la seguridad, deberían funcionar igual en todas las Comunidades. Entiendo que es la base de la sociedad y no puede ser que, dependiendo del lugar en el que vivas, recibas una buena o mala educación, una buena o mala asistencia sanitaria o dispongas de una buena o deficiente seguridad.

Sé que hablar sobre esto a estas alturas puede ser bastante arriesgado porque en los últimos tiempos los comentarios se analizan con matices torticeros, pero aun así me arriesgaré a decir que pretender más igualdad entre las Comunidades autónomas no es estar en contra del propio Estado de las autonomías. Que no comprender los motivos por los que las Policías autonómicas de Euzkadi y Cataluña ganan mucho más que la Policía del Estado español no es querer que no exista la Ertzaintza, ni los Mososs d'Esquadra. Que estar en contra del adoctrinamiento del que son objeto los alumnos en las ikastolas vascas y en las escuelas catalanas no es estar en contra de que se les enseñe su historia; aunque es cierto que nos gustaría, a ser posible, que se enseñase con menos tendenciosidad, obviando la carga de odio hacia todo lo que no sean ellos, y su ombligo. Y que no comprender las diferencias de atención sanitaria entre las distintas Comunidades es algo de sentido común, porque de sentido común debería ser que todas las Comunidades contaran con unas prestaciones sanitarias acorde con un país moderno y avanzado como es el nuestro.

El Sindicato de Enfermería, SATSE, se encuentra inmerso en los últimos tiempos en la búsqueda de apoyo de la ciudadanía, en la Región de Murcia, que les ayude a consolidar una Iniciativa Legislativa Popular (ILP) que pretende respaldar, por ley, un número máximo de pacientes por cada profesional de enfermería. Su objetivo es garantizar la seguridad asistencial a través de un número suficiente de profesionales en los hospitales y centros de salud, porque es necesario conocer que la media de pacientes que son atendidos por un solo enfermero o enfermera en un hospital de la Región oscila entre los 15 y más de 20 cuando, según los expertos, la ratio segura y adecuada no debería superar los ocho pacientes: la falta de estos profesionales lleva aparejada más riesgos y un aumento de las muertes, según evidencian todos los estudios y análisis científicos realizados al respecto.

Sí, la Región de Murcia se encuentra muy lejos de la media de países europeos en cuanto a número de profesionales de enfermería por habitante, ya que la ratio de estos profesionales por mil habitantes es de 3,83 (la peor del país), mientras que en Europa es de 8,8 por mil habitantes. Se necesitan, por esto, un total de 7.300 profesionales más en la Región de Murcia para alcanzar la media de la UE.

Según un informe estadístico, las Comunidades que están a la cabeza en el reparto de profesionales de enfermería por población son Navarra y el País Vasco. Las dos tienen una media de 5,56 y 4,80 profesionales por cada mil empadronados, respectivamente. Estas dos Comunidades se acompañan por otras diez que se encuentran por encima de la media nacional. Y por otro lado, también las hay en que las enfermeras y enfermeros tienen una media de trabajo más intenso y, si me apuran, más 'agobiante' también, como son Murcia (con 2,57 enfermeras por cada mil habitantes) y Andalucía (2,77). Estas regiones son en las que los profesionales están sometidos a mayor presión asistencial. Y Murcia se encuentra a la cola de este estudio.

Abogo porque se apruebe la Ley planteada por el Sindicato de Enfermería porque España, teniendo en cuenta las diferencias entre autonomías, necesitaría «contar con una legislación específica que regule la asignación de un número máximo de pacientes por cada enfermera o enfermero». Muchos enfermos lo agradecerían.