¿Tú qué piensas sobre el carril bici? Se me ha ocurrido poner esto en mis grupos de whatsapp, a ver qué pasaba. Madre mía, ardían. Han empezado a salir quejas, acompañadas de iconos, de esos con la cara roja enfadada. De hecho, Marga ha puesto dos fotos de lo más ilustrativo, de sendos despropósitos, uno de un contenedor bien hermoso en mitad del carril bici, y en el otro caso, la imagen de un carril bici frustrado por una isleta de hormigón, con un bolardo encima (imagino que para que los eventuales ciclistas lo vean y actúen en consecuencia). Es como si se dijera: cuando da lo mismo, carril bici; ante la menor incompatibilidad, entonces el carril bici a la porra. Cosas del progreso. Ahora, el mejor comentario ha sido el que ponía un icono de carita llorosa, con pistola al lado de la sien. Me parece que es un resumen del sentir general.

Yo recuerdo cuando empezaron a construir el carril bici de Miguel Induráin. Yo, con toda mi alma, que eran unas obras provisionales para construirlo. De verdad creía que esa franja era una zona franca, de seguridad para los obreros, mientras construían el carril bici, cuya ubicación yo intuía sobre la acera. Cuando se fueron los obreros, y vi que la supuesta zona franca de seguridad era en realidad el carril bici, que se había construido sobre el tercer carril, de verdad me llevé las manos a la cabeza. El caso es que me empecé a preocupar cuando vi tanto celo en taladrar los palos rojos, ya decia yo. Con razón la gente le decía a los obreros de todo.

En cuanto al impacto del carril bici en mi vida, desgraciadamente, no se ha traducido en un mayor uso de la bici por mi parte. En realidad, creo que ni siquiera tengo bici, aunque le puedo preguntar a Antonio (como es tan ordenado, lo mismo hay alguna colgada de un gancho en el garaje, esperando a que alguien la pasee, y resulta que es mía). Pero, por ahora, ni se me ha ocurrido usar la bici para nada.

De hecho, el único impacto que ha tenido el carril bici en nuestra vida, y no precisamente para bien, es que ahora tengo que pasar seis minutos antes por cruce de camino al colegio, o sea que lo único que he incrementado es mi nivel de estrés matutino.

Le pregunté también a Ángel, a ver qué pensaba. Cuando estaba en Oxford, decía que todo el mundo iba en bici, y que de hecho era una ciudad totalmente habilitada para ir en bici a todos lados. Claro, es que allí el clima acompañaba. Tú ponte en Murcia, a partir de mayo, en bici. Si no te desintegras, te da un infarto por golpe de calor.

Por otro lado, no hay que desanimarse. Igual en veinte años hay menos coches y vamos todos en transporte sostenible, vete tú a saber. Lo cierto es que esos trazados se hacen con una previsión de muchos años, y que la bici (a salvo de las temperaturas) es saludable para el cuerpo y para el entorno, pero claro, es tan incompatible con mi sistema de vida actual, que como poco me sorprende tanta fiebre ciclista.

Yo solo puedo decir que la acogida a mi pregunta, muy calurosa no ha sido. Cualquiera diría, ¡ni que lo hubiera inventado yo!