Para que luego digan que en Cartagena vivimos de espaldas al mar. Quizá muchos sigan recurriendo a esa frase, que tenía sentido pronunciar hace veinte años, cuando el muelle Alfonso XII era una explanada desierta que se utilizaba como gran zona de aparcamiento en la que, a falta de la ORA, había que pasar por la 'caja' de los gorrillas. Nunca olvidaré aquella noche en la que nos lanzamos a hacer un reportaje sobre las mujeres que ejercían la prostitución donde ahora se levantan el museo Arqua y el auditorio El Batel. Teníamos y tenemos uno de los puertos naturales más bellos del Mediterráneo y le dábamos la espalda. La ciudad ha cambiado mucho desde entonces y, en gran medida, se lo debe a su puerto, no sólo por la urbanización del muelle que, en breve, experimentará una nueva remodelación, sino también por la buena gestión que se ha hecho y se continúa haciendo desde la Autoridad Portuaria, lo que ha propiciado que en semanas como la que estamos dejando atrás, el mar, nuestro mar, cope la actualidad. ¡Y de qué manera!

Los que nunca han dejado de mirar al mar en nuestra ciudad desde que hace siglos se apostó por Cartagena como capital naval de España en el Mediterráneo es la Armada, de la que viven y siguen viviendo miles de cartageneros, de origen y adoptados por razón de su uniforme. Y ellos, los militares del mar, junto con la indisoluble sociedad que forman con Navantia, nos dieron la primera buena noticia de la semana: La construcción del segundo S-80 comienza en quince días. La alegría y sastisfacción es doble, porque digo yo que cuando empiezan con la fabricación de la segunda unidad es porque todas las dudas y obstáculos que han surgido con la primera unidad se han despejado definitivamente y que, por fin, recuperaremos esa fama mundial como potencia submarina que estábamos perdiendo con el envejecimiento de la actual flotilla y el retraso de la nueva.

Confiemos en que se mantenga este rumbo fijo y positivo y los S-80 lleguen por fin a buen puerto. Y es que parece que, a pesar de todo, de los errores que se cometieron en el diseño de los nuevos sumergibles, un barco está en buenas manos si reposa en los astilleros de Navantia, en los que confían nada menos que la familia real británica y el dueño de la NBA para reparar sus yates. La Armada y su industria naval siempre han mantenido esa simbiosis con nuestra Cartagena y ha sido clave para que toda la ciudad gire su mirada hacia el horizonte marítimo.

El mar nos trae el maná de los cruceros, que le han servido al presidente de la Autoridad Portuaria, Joaquín Segado, para volver a sacar pecho en la Feria Internacional del Turismo (Fitur) y presumir de que va de récord en récord y creciendo. Unos 250.000 turistas llegarán este año a la ciudad en estos paraísos flotantes, lo que supone nada menos que la cuarta parte del turismo que llega a la Región de Murcia. En realidad, Segado tiene muchas más razones para alardear, como que el 'superpuerto' de Escombreras será aún más super con una nueva ampliación de un dique que generará doce mil puestos de trabajo, todo ello sin perjuicio del proyecto estrella, la macroterminal de contenedores de El Gorguel, para el que ha vuelto a reclamar la implicación del Gobierno central para declararlo estratégico. ¡Que ya va siendo hora! Aunque para ser justos, tampoco es que se moviera mucho el asunto en la etapa de su jefe Rajoy. En fin, ya saben que en esto de la política, la culpa va por barrios.

Pues eso, que el Puerto puede desglosar una larga lista de resultados positivos para vanagloriarse, pero Segado sabe que los cruceros dan más visibilidad y tiene más repercusión.

Y es que esto del turismo es cosa seria en esta Región. Los datos son contundentes, al menos los que ha dado esta semana el presidente regional, Fernando López Miras, que resaltó que el sector ha creado veinte puestos de trabajo cada día y supone más de un once por ciento del PIB de nuestra Comunidad.

Lo que produce una tremenda alegría es que se planteen en serio trasladar la sede de la consejería de Turismo a Cartagena, como anunció el propio López Miras. La decisión esta tomada desde hace semanas, gracias entre otras cosas de la omnipresente consejera y candidata del PP a la alcaldía de Cartagena, Noelia Arroyo. El problema es que han calculado mal los tiempos y les han pisado la noticia. Porque les ha faltado tiempo a todos para atribuirse la idea que, en realidad, no es nueva, porque el propio PP la ha contemplado antes en su programa electoral.

Eso sí, esta vez van más que en serio e iban a hacer el anuncio en el foro sectorial sobre turismo en la Region que celebra el partido hoy en el salón de actos del CIM. Y debe ser que alguien se ha ido de la lengua o, simplemente, que es la semana de Fitur y tocaba hacer de turismo. Lo importante es que todos coinciden en que el epicentro del sector en la Región es Cartagena y, por tanto, es justo y razonable que acoja el lugar donde se decide sobre el futuro del mismo. Como importante es que no utilicen cuestiones como esta para confundir al electorado de cara a las próximas municipales de mayo de 2019.

No obstante, parece claro que los deseos del presidente de la patronal, Pedro Pablo Hernández, de que se cumpla con este cambio de sede antes de los comicios no van a poder ser, porque el traslado de una consejería no es una mudanza cualquiera. Y tampoco parece posible la sugerencia del portavoz de Ciudadanos, Manuel Padín, de ubicarla en el Palacio de Aguirre, porque es pequeño para eso y porque el PP baraja que continúe como la sede del Muram y centro protocolario y cultural del Gobierno regional en Cartagena. Además, los populares pretenden que la nueva sede de la consejería sea también un centro de referencia de otras consejerías y del Ejecutivo regional en la ciudad portuaria.

Al final, lo que toca es esperar y ver si después del 19 de mayo, quien esté en San Esteban siga mirando hacia el mar y no nos dé la espalda.