El Parque Regional de Sierra Espuña no sólo es una de las áreas naturales más emblemáticas de la Región de Murcia sino que también funciona de cuando en cuando a modo de punta de lanza en la gestión de los espacios naturales protegidos a través de buenas perspectivas en un ámbito, el del medio natural murciano, tan perentoriamente necesitado de ellas.

En la semana en la que todo el sector turístico está en Fitur, me parece oportuno recordar que los valores y el atractivo de Sierra Espuña son sobradamente conocidos, al menos por las personas que tenemos la suerte de tenerlo cerca. Por eso el Parque y su entorno atraen cada vez a un mayor número de visitantes y el turismo de naturaleza está teniendo en esta zona un incipiente desarrollo que ofrece interesantes oportunidades para los emprendedores y para el desarrollo sostenible de su ámbito.

El turismo en Sierra Espuña es tanto una realidad como una positiva perspectiva de futuro, bajo la condición de que la actividad turística en su entorno refleje perfectamente las pautas del turismo sostenible que le acrediten para alcanzar la posición que se merece como destino ecoturístico de primer nivel.

Sierra Espuña está dando pasos para aprovechar su pertenencia a la Carta Europea de Turismo Sostenible. Los gestores del espacio natural de la dirección general de Medio Natural, junto al Insituto de Turismo y la Mancomunidad Turística de Sierra Espuña, se están dando la mano con los empresarios turísticos y diversas organizaciones de la sociedad civil para desarrollar una marca de sostenibilidad y calidad del destino.

En toda Europa, y también en España, cada vez son más los espacios naturales que forman ya parte de la Carta Europea de Turismo Sostenible, promovida por la federación internacional Europarc, y la experiencia de estos sitios demuestra que no sólo es posible, sino también altamente deseable, conjugar conservación de la naturaleza y actividad ecoturística para el bien mutuo del desarrollo económico y de los propios valores naturales que han hecho al espacio merecedor de la protección de la que goza. Cazorla, en nuestra vecina y turísticamente competidora región andaluza, es un buen ejemplo de esta línea de desarrollo sostenible.

Quizás lo más sugestivo de todo este proceso es no ya que Sierra Espuña sea el primer parque murciano en empezar a pensar en serio en desarrollar su turismo de forma sostenible, sino que lo está haciendo a través de una acción voluntaria de sus gestores y con la colaboración de las administraciones, las asociaciones y los empresarios de la zona, en un proceso participativo que está empezando a dar frutos y a conocerse fuera de nuestras fronteras.

Conservación y desarrollo no tienen porque estar siempre reñidos, y el ecoturismo es, precisamente, uno de los mejores ejemplos que demuestra que la sociedad debe apostar por su naturaleza y por sus paisajes como una estrategia responsable.