Qué verdad es esa que dice que el amo del dinero tiene la sartén por el mango. Parece mentira que la Justicia tenga que ir mendigando dinero para que funcione correctamente. Más aún, vistos los últimos acontecimientos de este país, donde el Estado de Derecho ha sido salvado por ella. Y lo que nos espera con el juicio al proceso independista. Pues ni por eso se estiran los presupuestos generales del Estado para con la Justicia. Y lo digo por la noticia que recibo, a pesar de no pertenecer a ninguna, de una comunicación conjunta de las asociaciones judiciales y fiscales acerca de los dichos presupuestos generales. Expresan que para este Gobierno, al igual que para los anteriores, «la Justicia no solo no es una prioridad, sino que parece ser un estorbo». Ahí lo llevas, Ejecutivo. Pero no se callan y siguen diciendo: «Una Justicia independiente y dotada de medios no interesa a ningún partido político». Mas alto, sí; más claro, no. Pues ni por esas. Es más, afirman que el actual ministerio de Justicia les ha engañado tras la reunión del pasado 10 de enero, ya que entre otras cosas les prometió trescientas plazas para la oposición a jueces y fiscales, y ha convocado cien. En diciembre, en otra reunión, se generaron expectativas, que se han visto frustradas en la del 10 de enero. Y digo yo, aún somos tan crédulos. O no recordamos que iba a haber elecciones generales y, ya ves, ahora agota la legislatura. Eso sí, la ministra les ha pedido paciencia ante las divagaciones sobre futuras negociaciones. Así sea.

A fuer de ser sinceros, el ministerio de Justica eleva su presupuesto un 5% (1.869 millones). La cuentas recogen una nueva partida de quince millones para la reparación de las víctimas del franquismo, con el fin de asegurar el acceso a la verdad, mediante mecanismos adecuados y eficaces (sic). La justicia gratuita se queda en lo mismo del pasado año (49 millones). Y para el Consejo General del Poder Judicial se produce una buena subida, casi un 11% (64 millones). Eso sí, sigue sin renovarse por falta de acuerdo entre los partidos políticos. Con lo fácil y decente que sería que sus vocales los eligieran los mismos profesionales del Derecho y no el politiqueo. Finalmente, los medios económicos que se destinan a financiar los gastos de personal son los más beneficiados, con un incremento del 5,3 % (1.463 millones de euros).

Ante esta situación, el panorama es el siguiente: el Rey quiere una Justicia independiente como garantía de 'paz y concordia', ha dicho en la entrega de despachos de la 68 promoción de jueces. Esta vez en Madrid y no en Barcelona, como últimamente se venía haciendo. Y nos pide a los jueces que actuemos con neutralidad en la resolución de los conflictos. El presidente prorrogado del Consejo General del Poder Judicial aboga por «el carácter irrenunciable del imperio de la ley». Y las asociaciones judiciales y fiscales, ya he dicho, están muy decepcionadas con la ministra de Justicia. Por el contrario, el ex comisario Villarejo advierte al presidente del Gobierno que va a desvelar amenazas del CNI a jueces de la Audiencia Nacional. Tiene, dice, un archivo que se llama 'control de togas' que afecta a jueces y otro llamado 'Jano' que contiene casi un millón de fichas con datos personales y vicios o virtudes de las personalidades más relevantes de España. Ya le digo, que si se va a investigar lo mismo que cuando Corina dijo que era la testaferro de Juan Carlos, sus amenazas son agua del Manzanares.

Lo único bueno es que el letrado de Puigdemont le ha aconsejado que en vez de pedir un indulto en su caso, mejor es que aprenda flamenco, pero no el de 'olé' sino el idioma. Aunque tampoco estaría mal que aprendiera a bailar, con lo que le espera.