Como hemos señalado muchas veces en estas páginas, las referencias a mujeres en la cultura ha sido prácticamente nula a lo largo de la historia. Esto ha condenado al olvido a mujeres intelectualmente inquietas, mujeres cuyos logros y descubrimientos están a la altura de cualquier otra meta alcanzada por un ser humano, mujeres que deberían ser un referente para las generaciones actuales.

Desde esta página en la que reivindicamos la igualdad en todos los ámbitos de la sociedad y en especial en el de la cultura, hoy hacemos referencia a una de estas pioneras olvidadas por la historia.

A principios de 1900 Zoila Ascasibar se trasladó junto a sus hermanas a la capital para emplearse como sirvienta. Esto era algo habitual en la época, cuando las mujeres de las familias más humildes enviaban a sus hijas, casi unas niñas, a servir a casas de 'postín' en la capital. Zoila acabó en la casa de Manuel Alama Montes, editor de la revista ilustrada Alrededor del mundo; tras la muerte del editor y un par de décadas después Zoila se hace responsable de la imprenta hasta el golpe de Estado de 1936.

La figura de esta editora, de la que aún se conocen muy pocos datos, está siendo recuperada por Ángeles Ezama Gil, profesora del Departamento de Filología Española de la Universidad de Zaragoza, una investigadora que lleva años rescatando la figura de mujeres olvidadas por la historia de la literatura.

Zoila, en 1924 y según las investigaciones de la profesora Ezama Gil, ya es considerada como profesional de la industria editorial. Cómo llegó a ser la responsable final de esta imprenta aún sigue siendo un misterio. Una de las teorías que esta investigadora maneja es que Zoila heredó la imprenta de uno de sus jefes, aunque en el testamento de éste no hay ninguna referencia a su empleada.

Es fascinante pensar cómo una mujer humilde llega a convertirse en una editora de referencia, cómo una mujer 'no de letras' fue capaz de publicar colecciones de libros de arte de extraordinaria calidad. La imprenta Ascasibar imprimió y editó, hasta el inicio de la Guerra Civil, tanto títulos de índole política como revistas satíricas, de arquitectura, de filosofía, de medicina, entre otros muchos temas. En muchos casos se le encargaban números especiales dado el especial cuidado y calidad de sus impresiones.

Zoila era una mujer que regentaba un próspero negocio; se sabe que empleó a más de cuarenta personas y que su imprenta estaba dotada de la maquinaria más moderna para la época. En unos tiempos en los una mujer casada estaba bajo la tutela del marido, Zoila Ascasibar estuvo siempre al frente del negocio; su esposo ocupaba posiciones en la imprenta por debajo de las de doña Zoila, que era quien tomaba todas las decisiones.

Mujer de ideas progresistas y republicana, la represión franquista hizo con ella lo mismo que con otras muchas pioneras: acabar con su independencia y libertad, silenciar su figura y su legado hasta hacerlas caer en el olvido.

La tarea que la profesora Ezama se ha propuesto es saldar la deuda que la historia tiene con estas 'mujeres invisibles'.

Porque Zoila no es la única. En el periodo que abarca desde finales del siglo XIX hasta el primer tercio del XX las mujeres españolas desaparecen de los cánones. Todas aquellas que habían conquistado espacios de pensamiento, de cultura, de investigación; todas aquellas que lucharon para conquistar sus derechos y que lucharon para defender sus ideales, se fueron borrando poco a poco de los manuales de historia y de los libros de texto. Y así hasta nuestros días.

En los últimos años, se ha comenzado a recuperar la figura y el legado de estas mujeres. Afortunadamente cada vez más especialistas trabajan rescatando su memoria para devolverlas al lugar que se merecen. Porque la historia de la humanidad la hemos escrito ellos y nosotras. Y el legado de ambos debe llegar a las generaciones venideras.