Ayer el Consejo Económico y Social de la Región de Murcia escenificó en un acto público el 25 aniversario de su creación. Resultó un acto muy relevante, en primer término por la significación y el prestigio de los protagonistas de la reunión, entre ellos el presidente de la Comunidad Autónoma y el del Consejo Económico y Social de España, Marcos Peña, el actual presidente del CESRM, José Antonio Cobacho y el anterior presidente del organismo y actual rector de la Universidad de Murcia, José Lujan, junto a otras personas de gran peso específico en nuestra región como Clemente García, Rafael Pérez, José Cánovas o Juan Antonio Pedreño.

Pero además de los intervinientes lo que, a mi juicio, prestó gran relevancia al acto de ayer fue la diversidad y la representatividad de las personas que asistieron a la celebración. Pareciera que en un evento de estas características (que como cualquier otro no deja de ser un acto social protocolario) se debería dar por hecho la presencia de todo el arco de la sociedad y la política murciana. Sin embargo esto es especialmente significativo para el caso del Consejo Económico y Social.

Partidos, agentes sociales y económicos, instituciones, mundo de la cultura y la academia, Gobierno regional y municipal, con los correspondientes representantes de quienes los rigen y sus grupos de oposición, compartieron acto y palabras, mostrando que la capacidad de convocatoria del CESRM trasciende lo protocolario para representar la independencia, el ascendiente, la transversalidad (perdón por la palabreja), la universalidad (aunque sea del pequeño universo de la Región de Murcia), la apertura de miras, el rigor y la capacidad de anticipación que son ya marca de la casa.

Conforta comprobar que en estas épocas de confrontaciones a ultranza quedan espacios de encuentro, de independencia y de progresividad en una región en donde estas cosas no sobran. Y anima pensar que el CESRM seguirá por mucho tiempo sometiendo las cosas trascendentes, estratégicas, las leyes y los documentos, a la lupa formalmente desapasionada de quienes tienen cosas que decir en estos asuntos.

Ahora bajo la dirección de José Antonio Cobacho y siempre en la memoria de Tono Reverte, el que fue primer presidente del organismo y a quien se echa de menos minuto a minuto no sólo como personalidad sino sobre todo como persona, el trabajo del CESRM no vincula pero orienta, no resuelve los problemas pero los encauza y los documenta, no construye alianzas pero persigue el acuerdo, no hace magia pero discute lo trascendente, no le compete la completa concertación pero la perfila, no suple ninguna de las otras instancias pero las complementa, no garantiza el futuro pero lo sugiere.

Desde su creación, el Consejo Económico y Social viene representando un trabajo democrático a su propia escala que implica un singular espacio en la vida pública murciana. Por ello interesa su trabajo, conviene que sea escuchado, es útil su misma existencia y muy de agradecer su importante esfuerzo. De modo que feliz 25 aniversario.