Hoy tenía en la cabeza dos opciones para escribir esta columna, pero cuando les he dedicado unas pocas neuronas me he dado cuenta de que eran el mismo asunto.

Por un lado pensaba hablar de ciencia. La Semana de Ciencia y Tecnología que ha organizado recientemente la Fundación Séneca me ofrecía una excelente percha para ello. Por otro, me ronda en la cabeza hablar de la buena noticia que implica la pretensión de recuperar la Filosofía como una asignatura relevante de nuestro sistema educativo tras la etapa de la Lomce que la relegó hasta casi el olvido.

El punto de contacto entre ciencia y filosofía, entre la defensa de la una y la otra, entre la imprescindibilidad total, tanto utilitaria como básica, de ambos conceptos, no es otro que el sentido común, la lógica, la pura comprensión de lo que nos hace humanos y nos proyecta en nuestro desarrollo. No tendremos ciencia sin filosofía. A lo sumo construiremos una sociedad de avances tecnocráticos empobrecida e inculta de raíz

Porque es imposible hacer ciencia sin el pensamiento. Es absurdo pensar que lo científico está sólo basado en un estadio anterior de lo técnico y que lo técnico-científico es una verdad única alejada de las corrientes de pensamiento. Es erróneo creer que la prosperidad y el futuro estarán cifrados en avances de la ciencia ajenos a la ideología. Es de incultos suponer que ciencias y letras, grandes y simplistas ramas en las que solemos dividir el corpus del conocimiento humano, son cosas distintas, así como lo son las peras y las manzanas, la velocidad y el tocino.

Muy al contrario, el pensamiento científico, y con él todos los progresos que podemos otorgarnos a nosotros mismos, no es más que un hijo legítimo de la construcción abstracta de nuestro pensamiento y un resultado inevitable de la capacidad del genio humano de comprender su realidad inmediata. Ciencia y Filosofía forman parte ambas del mismo amor por el conocimiento y no en vano los primeros científicos eran los filósofos, y los primeros filósofos los científicos

Piensen, por ejemplo, en la emocionante forma en que la Real Academia de la Lengua define la voz Filosofía. Prepárense para un impacto intelectual: Dice la RAE que la filosofía es el conjunto de saberes que busca establecer de manera racional los principios más generales que organizan y orientan el conocimiento de la realidad, así como el sentido del obrar humano. Ahí es nada..

¿Y qué es finalmente lo científico sino la tarea de dilucidar el trasfondo, las consecuencias y la propia comprensión de la realidad a la que pertenecemos? ¿Y qué es la ciencia, sino un esfuerzo de pensamiento capaz de ir desentrañando la organización de las cosas, el sentido de los hechos físicos, la construcción del mundo?¿No suena esto, al cabo, a pura filosofía?