Los principios de curso son una época de torbellino para cualquier familia, con los chavales entrando y adaptándose a sus centros educativos, gastos en material y libros, nuevos tutores? También para nosotros, padres y madres de pequeños con Necesidades Educativas Especiales, septiembre tiene un punto caótico, y es peor aún en nuestro caso, porque ese es el mes en que se tramitan las becas de educación especial. Para muchos de nosotros, estas becas son clave. Con ellas pagamos parte de los apoyos externos que nuestros hijos necesitan para seguir el ritmo de sus compañeros y que la Consejería no ofrece.

Además, de la evaluación de necesidades que se hace en esas fechas depende el acceso a recursos como el refuerzo en Audición y Lenguaje. El proceso es complejo. Los equipos de orientación de la Comunidad Autónoma elaboran un dictamen que luego revisa Inspección, y finalmente se envían al Ministerio, que es el pagador final. Sin entrar en tecnicismos y por ir resumiendo: de la evaluación inicial de las necesidades de nuestros hijos dependen los apoyos de que van a disponer a lo largo del curso para poder seguir su trayectoria educativa. Si siempre por esas fechas nos ves pasar por el cole con un aire preocupado, ya sabes por qué. Este curso, para la sorpresa de absolutamente nadie, nos hemos encontrado con nuevos recortes. Al habla con nuestros orientadores, se nos informaba de unas nuevas tablas para la asignación de horas de apoyo, se nos adelantaba que había orden de compartir sesiones de logopedia hasta ahora individuales, se nos indicaban nuevos motivos de denegación, nuevos filtros.

¿Qué significan estos recortes? Para entenderlo tendríamos que ponernos en la piel de una familia tipo, valga como ejemplo un caso muy habitual en nuestro colectivo: un niño o niña con autismo que recibe cuatro sesiones de apoyo educativo a la semana de un profesional externo que acompaña al alumno en el centro, a través de alguna asociación o gabinete. Pues bien, esas cuatro sesiones semanales tienen un coste de cuatrocientos euros al mes, que las familias asumen desde el 1 de septiembre. Imaginemos la angustia de una familia de economía media al ver peligrar la beca (de novecientos euros al año) con que paga una pequeña parte de este tratamiento imprescindible. Los recortes y malas noticias son ya una tónica habitual desde hace bastantes cursos, la novedad este año ha sido la reacción de los padres y madres.

Un grupo de WhatsApp prendió la mecha y de un día para otro éramos cientos las familias de toda la Región que poníamos en común nuestros problemas y descubríamos que no estábamos solas: nacía así la Plataforma Padres por la Inclusión de la Región de Murcia con el objetivo de defender los derechos de nuestros niños ante la administración regional. Desde el primer momento hemos determinado que las becas son solo una parte de nuestro problema, que no es otro que la deficiente y menguante Atención a la Diversidad que se presta a nuestros hijos en el sistema educativo murciano. Ratios en aumento en las Aulas Abiertas y Centros Específicos, reducción del personal adscrito a la educación especial y sobrecarga de trabajo de los profesionales (maestros, logopedas, fisioterapeutas, enfermeros escolares, orientadores), insuficiente formación y atención especializada en los centros, terminación de programas tan importantes para nuestros hijos como el de recreos inclusivos, dispersión de los recursos que obliga a las familias a recorrer grandes distancias, falta de transparencia y comunicación con las familias en la acción institucional?

Todas ellas dimensiones del problema que vienen empeorando en los últimos años, precisamente mientras la consejería de Adela Martínez-Cachá emprendía su política de concertar bachilleratos en centros privados o contratar carísimas pruebas de nivel de idioma con empresas externas, entre otras inversiones a la concertada, que nos han puesto a la cabeza del país en ímpetu privatización de la educación, como recoge el último informe sobre diferencias educativas por Comunidades Autónomas de la Fundación BBVA.

Nuestra manifestación del pasado domingo contra estas políticas insensatas recabó un apoyo multitudinario. Más de 6.000 personas, en su mayoría familias de ANEE, participaron en la marcha hasta la avenida de la Fama. Nos acompañaban, y también es para nosotros un motivo de orgullo, organizaciones de todo el espectro del sistema educativo y político. Nos alegramos del apoyo de los tres sindicatos mayoritarios en Educación, así como de la mayor Federación de AMPAs, la 'Juan González' (sin olvidarnos de la FAPA-Pinatar), y de asociaciones como AIDMUR, FEMAE, APOEMUR o el Foro de la Familia.

Todos los grandes partidos políticos excepto el Popular hicieron suyas nuestras reivindicaciones y estuvieron presentes en la manifestación, desde Ciudadanos a Izquierda Unida-Verdes, pasando por Podemos y el PSOE, entre otras formaciones del Consistorio municipal. El frente común que hemos conseguido poner en pie por los derechos de nuestros hijos es motivo de esperanza en una batalla por su inclusión que no sólo se libra en la Región: Comunidad Valenciana y Madrid libran en estos momentos luchas parecidas.Llega ahora el momento de trasladar estas demandas a la Asamblea Regional y convertir las reivindicaciones en compromisos, y estos en inversión y reformas. Sabemos que volveremos a contar, en esta negociación, con el apoyo de la inmensa mayoría de la sociedad murciana, (y del de no todos, pero muchos medios de comunicación) que si por algo se caracteriza, es por saber estar del lado de sus familias y de sus niños que más lo necesitan.