Estamos tan inmersos en la cuestión catalana que tanto preocupa a los ciudadanos con sentido común, que las cosas de casa parecen ocuparnos menos, hasta tal punto de que los gobernantes de aquí, de allí y de más allá (este no es un asunto solo de la Región de Murcia) aparentan estar despreocupados porque, al parecer, las responsabilidades se diluyen en el barullo de la alta política, esa que afecta a todos los ciudadanos del país y no a los de una autonomía. Incluso los periodistas prestamos más atención a lo macro que a lo micro, cuando es lo micro lo que daña más a la sociedad en la que vivimos. Pero así es, y he de entonar mi 'mea culpa', porque en esta sección aparecen reflejadas muchas semanas las cuitas de Torra, de Puigdemont, de Cataluña, de? pues eso, que no salimos de ese bucle que tanto nos desvela porque es mucho lo que se juega este país.

Pero en la Región de Murcia también ocurren cosas, o no ocurren, que esto es lo preocupante. Por ejemplo, estamos a punto de que finalice 2018 y de que lo presupuestado este año para inversiones en Sanidad no se ejecute. Inversiones que fueron anunciadas a bombo y platillo, como todo lo que no se cumple, y que nos anunciaban (los políticos de turno, no las inversiones) que la Región de Murcia iniciaría la construcción de una 'red de centros de alta resolución' (los nombres rimbombantes les dan un subidón de adrenalina a nuestros gobernantes) con una inversión, decían, de unos cinco millones de euros. Pero no, entraremos en el 2019 y las obras de estos centros no se han iniciado ni parece que haya visos de que comiencen.

Esa partida presupuestaria parecía que traería el maná de la abundancia sanitaria a muchas localidades de la Región, pero Jumilla, Águilas, Caravaca, Santiago y Zaraiche, entre otras, tendrán que esperar a ver mejoradas sus prestaciones sanitarias porque los prometidos centros, los compromisos con las mejoras, han esperar. Espera que comienza a ser desesperante para los vecinos de la última localidad que, con una paciencia digna de mejor causa, llevan aguardando desde el 2001, en que les anunciaron con todo tipo de fanfarria un centro de salud que aún no se ha hecho realidad. Porque sí, han pasado 17 años desde que se prometiera su construcción y los vecinos continúan esperando que el milagro ocurra. Pero, eso sí, en cada ejercicio se anuncia grandilocuente la realización del centro, incluidas fotos de sonrientes políticos ante el abandonado espacio en el que, dicen, ha de erigirse.

Pues bien, cuando al parecer parte del presupuesto de la región (un ejemplo palpable lo tenemos en lo apuntado), no se ha ejecutado, ya se preparan los presupuestos del año próximo en los que intervendrá de manera importante Ciudadanos: su líder regional, Miguel Sánchez, ya apareció en la consabida foto con el presidente de la Comunidad, López Miras. Y tendremos que esperar qué resulta de esta colaboración, pero teniendo en cuenta los antecedentes de incumplimiento de los presupuestos regionales, uno y otro ejercicio, Miguel Sánchez debería poner el énfasis en que la estimación de gasto se ejecute por el bien de la ciudadanía y de su propia credibilidad. Porque no vale solo hacerse fotos, eso está bien para estrenar las corbatas, ha de exigirse el cumplimiento de lo presupuestado para que al final del ejercicio el ciudadano no tenga la sensación de que, una vez más, se le ha mentido, se le ha tomado el pelo.

Por cierto, el desprestigio de la política y de los políticos alcanzó tal magnitud que ellos mismos justifican sus actos con cosas tan extravagantes, para quien está en la política, como que en su negociación de los presupuestos no existe ningún tipo de 'cálculo electoral'. Esto ha declarado el líder de Ciudadanos, Miguel Sánchez. Pues yo creo que los políticos han de intentar ganar elecciones para transformar la sociedad, según su ideología. Y sí, pienso que todos viven en el 'cálculo electoral'.