Las teorías conspirativas tienen el encanto del misterio y la sofisticación. Suelen desarrollar tramas complejas y tenebrosas, con inclinación a incluir contubernios de alto secreto. Ovnis con alienígenas a bordo que las autoridades han conseguido ocultar, los auténticos responsables de la muerte de Lady Di, Gobiernos que esparcen virus letales€

Una de estas teorías ha medrado en fechas recientes en la Región. La cuestión se suscita cuando se tiene noticia de los errores historiográficos y geográficos, aderezados con incorrecciones toponímicas, en que incurren ciertos libros de Ciencias Sociales de Primaria en relación a nuestra Comunidad.

Uno de estos errores, especialmente llamativo, radica en hacer mención de la inexistente ´Diócesis de Murcia´. Tampoco es cosa baladí ubicar el Mar Menor en la Comunidad Valenciana. Otro error recurrente, este dolorosamente observado incluso en papeles oficiales, es el de referirse a la comunidad como ´Murcia´, denominación que no hace referencia más que a la ciudad capitalina.

Que editoriales de solera y prestigio incurran en deslices semejantes resulta tan desconcertante como imperdonable. Pero fascinante resultó también la reacción desde las filas pepelopecistas: se pasó a acusar al Gobierno regional de orquestar un plan para adoctrinar a los alumnos de nuestra Comunidad y para desvanecer la identidad cartagenera. El exregidor cartagenero llegó a hablar del adoctrinamiento que 44 municipios de la Región llevan sufriendo ya 35 años.

Grupos editoriales privados, algunos con implantación internacional, atienden al requerimiento del Gobierno regional para introducir yerros con el objetivo de indoctrinar a los alumnos en el murcianismo huertano: una teoría conspirativa en toda regla. Aparte de un simpático delirio.

Otro de los errores localizados, por cierto, fue el de ubicar la ciudad de Murcia en un punto incierto cercano a Mazarrón. Y no solo se situaba el Mar Menor en la Comunidad Valenciana, sino el río Segura. Cuesta adivinar aquí la retorcida intención del ideólogo de San Esteban.

También se ha difundido un folleto de la misma Diócesis de Cartagena en la que, en los párrafos en lenguas extranjeras, la Diócesis cartagenera muta súbitamente en ´Diócesis de Murcia´. Se trata de un folleto redactado para la exposición Huellas, una muestra organizada por la propia Diócesis y la Fundación Cajamurcia en 2002.

El obispo, editoriales de libros de texto, Cajamurcia: todos cómplices de un plan subrepticio para imponer el paparajote y los zaragüelles. Conspiraciones. Delirios. Los tiempos revueltos que nos ha tocado vivir.