Septiembre es un mes de inicios: la vuelta de las vacaciones, el comienzo del curso escolar. Un mes que podría empezar como una página en blanco en la que escribir un nuevo relato después del merecido descanso tras un curso aparentemente interminable.

Pero la realidad se impone y nos obliga a continuar la historia en el punto en que la dejamos.

A pesar de las manifestaciones y de los datos que ponen de manifiesto la desigualdad entre hombres y mujeres, y aunque parece aumentar la conciencia de que es necesaria más representación femenina en los diferentes ámbitos de la sociedad, hay cosas que no mejoran.

Durante estas semanas se celebra la feria de Murcia en la que se programan una serie de eventos y actividades. Algunos colectivos feministas ya han señalado la escasa presencia de mujeres en la mayoría de los actos programados y la evidente falta de diversidad en estas fiestas. Y esto es especialmente visible en las actuaciones musicales.

Hacia mediados de agosto se conoció que el pregón este año iba a reunir a diferentes músicos murcianos entre los que no había ninguna mujer. Las redes sociales y los colectivos feministas no tardaron en denunciarlo. De nuevo el ayuntamiento había invisibilizado a gran parte de la población. En el último momento y tal vez para 'tapar' el hueco y salvar los muebles, el consistorio incluyó una 'pregonera sorpresa', se marcó un vídeo promocional de dudoso gusto en el que esta 'pregonera' no es más que un torso sin cabeza y finalmente realizó su parte del pregón a través del plasma. En fin, de llorar.

Pero la invisibilidad musical no se ha limitado al pregón. El festival Lemon Pop, un clásico durante estas fechas, también ha obviado que existen mujeres que hacen música y lideran grupos. De los 15 conciertos programados, incluyendo los que amenizaron la presentación del festival, solo en 4 de ellos hay presencia femenina. Otro tanto ocurre con el cartel del festival B-Side que se celebra en Molina de Segura los días 7 y 8 de septiembre, en el que solo 4 grupos de los 9 programados tienen representación femenina.

¿De verdad los promotores musicales no son capaces de encontrar bandas con representación femenina y hacer que los festivales lleguen a ser paritarios?

La iniciativa privada tiende a recurrir a los grupos masculinos que son los más representados por la industria discográfica. Pero es la gestión pública quien debe señalar y corregir estas desigualdades. Y este detalle se le ha pasado por alto a los ayuntamientos de Murcia y Molina.

En muchos lugares de España van surgiendo eventos musicales con perspectiva feminista en los que la totalidad de los grupos programados están formados por mujeres. Estas iniciativas son necesarias y demuestran que la industria musical no es un territorio exclusivamente masculino. Aunque lo que definitivamente tenemos que conseguir es que en cualquier evento musical, en cualquier festival la representación femenina y la masculina sean paritarias.

Conseguir que mujeres y hombres estemos representados en igualdad en este tipo de eventos es posible si ponemos ganas e interés. Una prueba de ello es el festival La Mar de Músicas, donde un 40 % de las bandas programadas en su última edición estaban lideradas por mujeres.

Si la música es un lenguaje universal que todos, hombres y mujeres, somos capaces de entender, no parece ni lógico ni justo que sólo unos pocos estén capacitados para hablarlo en público.

Esperemos que en este curso que comienza los gestores públicos y los promotores musicales sean aplicados, estén atentos a las demandas de toda la sociedad y descubran que las mujeres también cantan, tocan y lideran bandas.

Feliz curso nuevo.