El plástico es bueno. Me encanta el plástico. No puedo vivir sin él. El plástico es progreso, es libertad, es el aliado de la Humanidad. Nada mas nacer el ser humano tiene su primer contacto con el plástico: le ponen en la muñeca una pulsera identificativa de plástico y una pinza de plástico en el ombligo que le sujeta los restos del cordón umbilical. Por la mañana me despierta un reloj de plástico, enciendo la lámpara de plástico y su bombilla con plástico, doy al interruptor de la luz de plástico, levanto la tapa del váter de plástico, corro la mampara o cortina de baño de plástico para darme una ducha y me lavo los dientes con un cepillo de plástico...

Tomo mis medicamentos envueltos en plástico con agua de una botella de plástico, enciendo el ventilador de plástico y pongo la radio (que está hecha de plástico). Desayuno con pan que está dentro de una bolsa de plástico, tomates dentro de un recipiente de plástico y aceite de oliva dentro de una botella de plástico, y casi todos los electrodomésticos y accesorios de cocina llevan plástico. Subo la persiana del salón de plástico mientras compruebo mi teléfono móvil recubierto de plástico y quito su cargador de plástico. Enciendo el ordenador con ayuda del ratón de plástico y su maraña de cables de plástico y tripas de plástico a base de placas madre (microchips, módulos de memoria y discos SSD), conecto una memoria USB de plástico, meto un DVD de plástico y tecleo las letras rotuladas sobre una base de plástico.

Luego escribo unas notas con un bolígrafo de plástico y subrayo otras con rotuladores de plástico, ajustándome para leer unas gafas de plástico. Guardo mis notas en una carpeta de plástico y pongo una tira de cello en mi último y deteriorado billete de banco. Barro la cocina con un cepillo de plástico y friego el suelo con ayuda de cubos de plástico. Cuelgo para secar unas camisetas en una cuerda de plástico y con pinzas de plástico y refresco el patio de césped artificial de plástico con una manguera de plástico, y hasta limpio el polvo con un plumero de plástico... Pongo la televisión con el mando de plástico y veo las noticias y la gente disfrutando sus vacaciones de campo o playa con su cargamento de plástico a cuestas. Después leo un libro forrado de plástico y enciendo la Play junto con la cadena de música y sus mandos de plástico y sus carcasas de plástico y pongo una cinta casette de plástico. Abro mi coche con su llave de plástico y observo muchas piezas de plástico: salpicadero, mandos,botones, palancas, retrovisores, manguitos, batería, tapacubos...

Voy a sacar dinero al cajero y utilizo una tarjeta de crédito fabricada con plástico., al igual que el DNI de plástico y la tarjeta sanitaria, también de plástico, Me tomo un café en un bar sentado en una silla de plástico, y si pido un granizado para llevar me lo dan en un vaso de plástico y con una pajita de plástico. En medicina y hospitales se utiliza mucho el plástico, como en los recubrimientos de aparatos médicos, en rótulos y señalizaciones, en las inyecciones, las vías, los goteros, las tiritas, y hasta en los trasplantes los órganos se trasladan en neveras de plástico...Así que cuando ahora voy a comprar cualquier cosa y me piden 5 céntimos por una bolsa de plástico me dan ganas de tirarle la compra al dependiente o dependienta. Aunque los comercios no tienen la culpa, ni tampoco Rajoy. La culpa del maltrato a nuestro amigo el plástico es tripartita: los usuarios, por marranos e irresponsables al tirar en cualquier parte el plástico; los gobiernos por poner normas-timo al contribuyente y cobrarle las bolsas de plástico; y las empresas de fabricación de plástico, por no investigar y fabricar tecnología plástica verdaderamente biodegradable sostenible y eficiente.