No pretendo aquí confrontar medio ambiente contra agricultura porque nadie discute la recuperación y conservación del Mar Menor y todo nuestro patrimonio medioambiental como prioridad. Como tampoco puede discutirse la apuesta de nuestros agricultores por la investigación y modernización del sector en busca de la sostenibilidad de sus explotaciones.

Sucede que con el nuevo cambio de Gobierno estatal se ha recrudecido la ´guerra del agua´, la del postureo que hace décadas comenzaron PP y PSOE por aprovechar la pobreza hídrica de este rincón de España para ganar elecciones sin ofrecer soluciones.

Unos, con el ´agua para todos´, que caducó como su proyecto. Otros, con ´desalación para todos´, que además de financiación a redes clientelares ha maquillado esa situación de insuficiencia que afecta al consumo humano y a la industria agroalimentaria.

Cada cambio de Gobierno, da igual lo que prometan antes o lo que se espere de ellos, es un paso atrás, una pérdida de oportunidad y merma de recursos.

La involución en política hídrica es endémica. Las obras en el salmueroducto hacia El Mojón debían haberse acometido hace más de diez años y, en cambio, lo destruyeron hace dos veranos. La desaladora de Escombreras nos ha servido para aumentar la corrupción en torno al agua. No hablaremos de la gestión municipal del agua para suministro domiciliario (da para varias columnas y algún sumario). Y el memorándum, que nos ha hecho perder caudales de forma progresiva.

Y a pesar de la falta de agua de calidad, se presenta una buena campaña para los agricultores del campo de Cartagena, después de las penurias provocadas por las torpes y oportunistas decisiones del PP central y regional.

Las lluvias y el aumento de las reservas en la cabecera del Tajo hacen presagiar este buen inicio para las plantaciones de hortalizas, además de disponer de riego para arbolado y cítricos.

Y en ese horizonte llega el PSOE, y la ministra Ribera pincha el globo, afirmando que los trasvases deben ser algo extraordinario. Y tiene razón, porque sería extraordinario que los políticos de uno u otro signo se dieran cuenta de que trabajan para los habitantes de España, y que deben ofrecer solidaridad, justicia e igualdad a todos los ciudadanos, sin tener en cuenta sus guerras de poder o las circunscripciones electorales, sino los recursos y su optimización. Algo que, por desgracia, les debe parecer una ordinariez.

La industria agroalimentaria del campo de Cartagena se moderniza. Avanza por delante de los tiempos. Invirtiendo en sostenibilidad, manteniendo una actividad puntera con recursos insuficientes, y lo hace a pesar de los políticos.

En nuestro municipio, más de 4.000 agricultores cultivan 15.000 hectáreas generando unos 12.000 empleos. Es incomprensible que los partidos nacionales no lo tomen en serio.

En MC apostamos por el sector primario, por nuestro campo como fuente de riqueza, como esencia de lo que somos y lo que queremos seguir siendo. Por eso nos mantenemos alerta y entendemos que el sector no levantará (no puede hacerlo) su acción reivindicativa. Nos tienen a su lado porque es el nuestro.

El Gobierno central, ahora le toca al PSOE y no tiene excusa, debe dar un rumbo cierto a la política hídrica. Afrontar y ejecutar de modo inminente todas aquellas infraestructuras necesarias que le acerquen nuevos recursos externos, trasvases y desaladoras, como también llevar a cabo medidas que mejoren el acuífero para obtener agua de calidad para una agricultura de futuro que ya está aquí.