La escuela de danza Dancing, de Santo Ángel, llegó el pasado miércoles al Romea, al completo en bailarines de todas edades y en público. Y todo triunfó. Vaya si triunfó.

Con un programa llamado Gracias, la directora de la escuela, Amor Corbalán, nos enseñó a través del baile que la gratitud es la madre de todas las virtudes.

Excelente puesta en escena. Dancing triunfó con el baile, con las músicas elegidas, con todo un mestizaje de continentes y contenidos que convencieron al decirnos (y no era ya un sueño, sino una realidad) que una sonrisa y una emoción son suficientes para llegar a un corazón vacío o desasosegado y llenarlo de amor y ternura.

Una sonrisa y un aliento que nos recadaban las necesidades de los movimientos migratorios, a los que ayudaremos, y también la necesidad de reconciliación de las culturas de todo el mundo siendo mundos diferentes.

Bailarines de todas las edades: desde los más pequeños (grupo en el que estaba mi nieta Candela, de 5 años) hasta los adultos mayores que mantienen su lealtad a la escuela de danza, en un programa completísimo que nos hizo soñar y creer en la vida, en la autoestima, para un futuro mejor, recordando músicas de dibujos animados o de las rías gallegas, la importancia de la familia, de los hijos, a los que enseñamos y quienes nos enseñan también.

Las madres, la familia, los aplausos ardientes, todo lleno de alegría, de baile, de sueños y de fantasía, a pesar de los momentos de adversidad. El resplandor de todo el sol que sale cada día, emoción musical y danzarina, el amor y la lealtad.

La gratitud se impuso en una noche especial donde todo brillaba, donde todo se movía al ritmo africanista o del rock, músicas y danzas, niños de todas las edades, trabajo, esfuerzo, disciplina, en una noche de gala para el Romea, de brillo, de gusto.

De gusto artístico de una escuela de danza que es ejemplo de alegría y agradecimiento en un aplauso cerrado que las personas que asistimos esa noche al Romea le guardamos desde que subió hasta que bajó el telón, asombrados y apasionados por aquel desarrollo rítmico excelente que jamás olvidaremos. Gracias a todos ellos también, equipo directivo y equipos de baile. Muchas gracias por tan grato esfuerzo cultural y por vuestra solidaridad que ahora se hace nuestra, emoción nuestra.