Se supone que el debate sobre el Estado de la Región es como el Consejo de Administración de una empresa que analiza el último ejercicio. Pero sobre el último ejercicio hay poco que considerar. Todo se ha ido en el cambio forzado en la presidencia del Gobierno, el postureo posterior de la rectificación sobre el primer gabinete posPAS, la recomposición interna del partido en el poder, y la sujeción de éste en las muletas de una frágil recuperación económica general que afecta tanto a la Región de Murcia como a Bollullos del Condado, pues no se trata de un fenómeno local, ni siquiera nacional.

Los grandes asuntos de la gobernación siguen pendientes, y si hay alguna perspectiva de cerrar alguno de ellos, todos de mala manera, es porque alguna vez tenía que ser. Si miramos al pasado, al origen y la procedencia de esos asuntos pendientes se nos pondrán los pelos de punta, sobre todo si el partido en el Gobierno pretende convertir en éxito de gestión lo que desde el principio constituyen sucesivos fracasos. Aeropuerto sin aviones, Memorándum sin agua y ´Ave ya´ de cualquier modo, excepto soterrado. Una penosa agenda.

Años y años de señuelos inconclusos, a la espera de que los procesos inerciales resuelvan las cosas de alguna manera, ya que no por la gestión de los administradores políticos. Ahí dejo ese marrón, ya tendrá arreglo algún día. El PP es el heredero de todo esto, excepto el heredero del PP, que tocaba la flauta mientras tanto, con poco aprovechamiento, ya que hemos perdido un probable mal músico sin ganar un mediano buen gestor, al menos por lo visto y oído hasta ahora.

Se entiende, pues, que en el discurso del presidente López Miras con que se inició el debate sobre el Estado de la Región se acumularan más propósitos de futuro que certificaciones de resolución. Las mujeres y los jóvenes primero, parece ser su lema de futuro, peligrosamente parecido a las letanías del Titanic. Patada hacia adelante, el recurso de todos sus predecesores, a la espera de alcanzar agónicamente el friso electoral. En vez de analizar convenientemente el curso concluido, López Miras dedicó su tiempo a anunciar presuntas nuevas políticas. Lo hizo, eso sí, aburriendo a las ovejas, sin recurrir desde la tribuna parlamentaria a los artificios del club de la comedia que empleó recientemente en la presentación de la candidata del PP de Fortuna, ocasión en que dejó una frase para la historia: «Cati, si alguien se mete contigo, vendrá este presidente y se lo comerá». Churchill dixit. Después de números de esta categoría cuesta escuchar a este presidente intentando tomárselo en serio aun cuando cambia de tono. Ahora bien, es lo que tenemos. Y esto sí que es muy serio.