Hoy, 9 de junio, es un día para reivindicar con orgullo todo lo que hemos construido y avanzado como sociedad en los treinta y seis años transcurridos desde la aprobación del Estatuto de Autonomía de la Región de Murcia.

También para celebrar nuestra contribución al crecimiento y desarrollo de una España democrática y solidaria a la que los murcianos nos honramos de pertenecer, a lo largo de un periodo que también ha tenido sus momentos difíciles, como es el actual pulso al Estado de Derecho por parte de aquellos que quieren dividir la patria común de todos los españoles.

Pero, ante todo, el Día de la Región que hoy conmemoramos, es un motivo para sentirnos muy satisfechos no sólo de los logros que hemos alcanzado todos los que en ella vivimos, sino también por cómo los hemos conseguido. Con acuerdos, como el recientemente firmado Pacto Regional del Agua, que reflejan nuestra firme convicción de que uniendo fuerzas por un interés común, podemos lograr todo aquello que nos propongamos.

Con generosidad, talento y esfuerzo, algunas de las virtudes que definen a una sociedad como la nuestra, que tan bien conoce el valor de la solidaridad y que lucha porque nadie quede excluido de ese gran proyecto común que es la Región de Murcia.

También es el día en que todos debemos agradecer el trabajo de tantos hombres y mujeres que, desde aquel decisivo 9 de junio de 1982, nos han permitido reafirmar nuestra identidad política, social y cultural.

Vivimos en una tierra de futuro, de ilusión, de oportunidades, que siempre aspira a llegar más lejos, y que tiene en su Estatuto de Autonomía el instrumento más adecuado para seguir construyendo una Región mejor, más fuerte y cohesionada.

Estos últimos años, trabajando conjuntamente con el Gobierno de España, hemos conseguido importantes avances en materia de infraestructuras que satisfacen demandas históricas largamente perseguidas y que nos van a permitir consolidar nuestro crecimiento económico y la creación de más y mejor empleo.

Unos logros que podrían verse seriamente afectados por los recientes cambios en la situación política de nuestro país, y que generan incertidumbres y preocupaciones muy legítimas por las inversiones ya comprometidas y a punto de ser aprobadas.

La Región de Murcia no puede permitirse esperar ni un minuto ni desaprovechar ninguna oportunidad en esta materia. Por eso, exigimos respuestas a la vez que ofrecemos diálogo y lealtad al nuevo Gobierno de España siempre que sea para avanzar, nunca para retroceder.

Y esa lealtad institucional es la que es necesario emplear también para sacar adelante dos asuntos de estado fundamentales para nuestro presente y futuro: un Pacto Nacional del Agua que solucione de manera definitiva el problema que padecen nuestros agricultores y regantes, y un nuevo modelo de financiación autonómica que reconozca la situación real de la Región de Murcia en términos demográficos y ponga punto y final a la injusta desigualdad que llevamos soportando desde la entrada en vigor en 2009 del actual sistema.

La misma lealtad, también, con la que hemos apoyado sin reservas al Gobierno de España frente a quienes en Cataluña no soportan esa idea de una España unida, libre y solidaria que la gran mayoría de los españoles, y también de los murcianos, defendemos.

Demostrando, una vez más, que nuestra sociedad es el fiel reflejo de esa gente magnífica, comprometida, trabajadora, humilde, capaz de conseguir todo lo que se proponga y que constituye el mejor activo con el que cuenta nuestra Región. Desde el Gobierno regional trabajamos para poder hacer realidad todas sus esperanzas e ilusiones. Ellos son nuestra inspiración y nuestra mayor fuerza.