Jordi Gracia, autor de El intelectual melancólico, ha escrito un libro contra la izquierda para seguir siendo de izquierdas en el siglo XXI. Las dos ideas, que figuran al alimón en el título y en el subtítulo del opúsculo que publica Anagrama, podrían parecer contradictorias y, sin embargo, resultan todo lo contrario. Son, en cualquier caso, producto de una reflexión certera sobre el desengaño social frente a una izquierda sin respuesta ideológica a muchos de los desastres del presente. Gracia pone como ejemplo de ese vacío a la ´socialdemocracia sonámbula´ y a la ´nueva izquierda hiperventilada´. La primera, según el autor del cuaderno, sigue sin restituir sus antiguas certidumbres, y la segunda no ha sabido consolidar las nuevas. En algunos extremos la confusión se ha entremezclado con resultados horrorosos en función de la oportunidad electoral. Es verdad que existe falta de convicción entre los socialdemócratas para defender programas reformistas limitados pero indispensables. Mientras que la izquierda hiperventilada y populista se estrella ante la realidad al mantener vivo un idealismo retórico radical y anticapitalista que produce una frustración tras otra, porque como escribe Gracia resulta cada vez más complicada la quimérica aspiración de abolir el capital. Posiblemente, vuelve a acertar el autor de Contra la izquierda, la solución esté en ver que el reformismo más exigente empieza por convencerse a sí mismos de la invulnerabilidad del capitalismo. Precisamente, el problema de la izquierda hiperventilada es convertir el discurso contrario en un autoengaño imposible y sumirse en la volatilidad ideológica.