Hasta en la muerte de unpajarillo interviene una providencia irresistible

Shakespeare

No está de más señalar, aunque a nadie se le escape ya, que la llegada del AVE se ha realizado deprisa, corriendo para ganar un puñado de votos en unas elecciones. Todos sabemos, también, se ha denunciado por activa y por pasiva, que la catenaria del mismo carece de la prescriptiva Declaración de Impacto Ambiental (DIA), algo por lo que más tarde o más temprano la fiscalía tendrá que actuar, si no actúa antes por otros motivos que de sobra parece tener para poner los puntos sobre la íes a algún espabilado.

Menos conocido, aunque igualmente denunciado, es la cantidad ingente de avifauna que impacta contra los paneles transparentes de metacrilato para la llegada del AVE. Ese muro contra el que los vecinos se manifiestan desde hace ya más de 250 días. Un muro que como su propia definición indica, genera una barrera infranqueable para personas y animales con objeto de traer, ese pájaro de mal agüero mal llamado tren AVE, que tantas desgracias les está causando a las verdaderas aves que mueren día tras día estrelladas contra los cristales de metacrilato.

Se podrían haber evitado las muertes de esas aves, algunas de ellas rapaces protegidas que estamos obligados, entre todos, a proteger. En ese caso ¿cómo? y en caso afirmativo ¿por qué no se hizo desde el mismo momento en que se instalaron los paneles transparentes de metacrilato? ¿Qué ha fallado aquí?

Las prisas, quizá, los frecuentes cambios de proyecto ante una presión ciudadana que no ha dejado de pedir la llegada soterrada del tren, o a lo mejor la falta de una Declaración de Impacto Ambiental para la llegada de ese pájaro de mal agüero en superficie que previera estas cosas han supuesto el olvido, como tantas otras cosas, de un documento denominado Prescripciones técnicas para el diseño de pasos de fauna y vallados perimetrales editado por el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, en el que se describe perfectamente en su ficha número 19 «Señalización de Pantallas Transparentes y Vallados para evitar la colisión de aves» las medidas a adoptar para evitar lo que a día de hoy se está produciendo. Según ese documento, la solución era sencilla: con poner marcas de un color que contrastase con el paisaje del entorno en las susodichas pantallas transparentes de metacrilato el problema se hubiera terminado y las especies protegidas muertas habrían sido salvadas.

Es probable que cuando lean este artículo, aunque no estoy del todo seguro, dadas las prisas que se han autoimpuesto, la empresa y sus responsables, desde el ministerio a la consejería, pasando por Aldesa y el Ayuntamiento, corran a aplicar esas medidas preventivas con objeto de proteger a la avifauna. Si esto sucede, que sucederá, cabría preguntarse entonces:¿Por qué no se hizo desde el mismo momento en que se colocaron los paneles transparentes de metacrilato?

La respuesta más plausible es porque al carecer de DIA no hubieran previsto esta situación que está afectando y podría afectar a alguna avifauna de especial protección. Una denuncia más que habrá que sumar a este cúmulo de despropósitos con el que quieren traer ese pájaro de mal agüero que quieren que llegue en superficie, para que como el cuco ponga los huevos en un nido ajeno, matando ya de paso a muchas verdaderas aves que forman parte de nuestro acervo medioambiental y que se encuentran especialmente protegidas por leyes señaladas a tal efecto.

Tal vez Ernest Hemingway se equivocaba cuando dijo que «lo único que nos separa de la muerte es el tiempo»; quizás le faltó añadir «y una pantalla de metacrilato».