Tras dos días encerrados luchando con las nuevas tecnologías para atacar con sus powerpoint, las conclusiones de los 'influencers' que han participado en Murcia en el Global Congrese denominado Urban Intelligence sobre las Smart Cities es que el futuro pasa por mayor comunicación entre los vecinos y más medio ambiente. Esto es, que en las nuevas ciudades inteligentes se vivirá como en los pueblos de antes, interactuando con los demás y en contacto permanente con la naturaleza. El espíritu rural resucitará, por tanto, en las estupendas smart cities, pero ya sin el carácter peyorativo de considerarnos cotillas.

Recordaré siempre a mi abuelo Lázaro cuando, en alguna de sus visitas a Madrid desde un pequeño pueblo de Valladolid, Siete Iglesias de Trabancos, daba los buenos días al conductor del autobús urbano e intentaba entablar conversación con algún pasajero ante su mirada atónita. Un comportamiento que va a ser signo de modernidad una vez que, a ver si es verdad, se dé por muerta la glorificación del individualismo que nos impone la vida en una gran ciudad.

Otro abuelo no menos entrañable, nuestro centenario Tío Juan Rita, también tiene su fórmula que, en los pueblos, es un secreto a voces: café, puro y copa con los amigos tras una buena comida. Medalla de oro para él.

A los hasta ahora denominados pueblerinos tampoco se les cae la marinera e incluso uno de ellos ha inventado unas rosquillas 3D para que a los de la ciudad no nos manche la camisa. Algunos de cualquier forma son unos adelantados, pues ya funcionaban sin necesidad de cajeros, igual que en muchos pueblos del medio rural que han perdido la oficina bancaria. Ya no tienen sucursal, pero ganarán la ciudad? así que ya es hora de comprarnos una butaca cómoda para salir al fresco junto a los vecinos del portal y olvidarnos de otros portales que sólo reflejan nuestra imagen.