Los problemas de contaminación se han convertido en un problema no sólo de las grandes ciudades sino también de las más pequeñas. Un ejemplo cercano lo tenemos en Murcia, donde no hace tanto tuvieron que tomarse medidas de urgencia para reducir esos picos de contaminación que quedan registrados en las estaciones medidoras. Eso sí, cuando éstas funcionan, ya que la mitad de los días están fuera de servicio o en reparación. Algo que no es casual, según las organizaciones ecologistas. En la capital de España ya se ha convertido en algo habitual la discriminación de vehículos, según si la matrícula es par o impar, para poder entrar al centro de la ciudad. Los expertos consideran que esta medida no resulta eficaz, ya que no se garantiza que al entrar la mitad de coches al centro urbano de la capital la contaminación también se reduzca a la mitad. Creen que en este caso habría que apostar por dejar fuera a aquellos que son más antiguos y que, por lo tanto, más contaminan. De ahí que el ayuntamiento de Madrid se haya planteado prohibir circular por el centro a los coches anteriores al año 2000 y diesel anteriores a 2006 en casos de alta contaminación. Si esta medida se queda sólo en eso se estaría cargando el problema sobre las espaldas de aquellos ciudadanos con menos recursos, los que no pueden permitirse cambiar de coche con tanta frecuencia como los que disfrutan de un mayor poder adquisitivo. Esto debería ir unido a propuestas como ayudas a la compra de vehículos menos contaminantes, refuerzo del transporte público y mejores comunicaciones. Medidas aplicables a cualquier ´gran´ ciudad.