Tiene razón Carolina Bescansa cuando invita al PP, PSOE y Ciudadanos a hacer propuestas concretas y limitar el debate político a si es necesario modificar o no la Constitución. Hasta ahora sólo hemos escuchado a los partidarios de que se debe modificar y a los que piensan que este es el momento más inoportuno en el caso de que hubiera que hacerlo. Pero, entre los que creen que la Carta Magna requiere cambios sustanciales para adecuarse a la realidad española, nadie hasta ahora ha sabido decir cuáles. Salvo los ilusos que pretenden calmar a los nacionalistas buscando para ellos un acomodo simplemente enunciativo, y los propios nacionalistas. Ningún Estado del mundo ha reformado una constitución para dejar de serlo o compartir soberanía con otros. Hacen falta propuestas concretas en el debate político nacional. Soluciones específicas. Bescansa, que se ha convertido en la conciencia analítica de Podemos, ha dicho también que una consulta en Cataluña sólo supondría, tal como están las cosas, un elemento más de división y de enfrentamiento en una sociedad ya de por sí suficientemente polarizada. Sin embargo, el referéndum pactado es el derrotero que seguramente seguirá a las elecciones del 21-D para no tener que continuar aplicando el 155, y ante la más que probable ausencia de mayorías independentistas y constitucionalistas determinantes en el futuro más inmediato. Volverán a dar la matraca con la falsa ecuación de votar que el propio Pep Guardiola amplifica para difundir la patraña de que los activistas imputados, los Jordis, están en la cárcel por exigir un derecho democrático. Cuando no es así; lo están por supuestos delitos, entre ellos el de rebelión, contra una democracia.