Hubo una época en la que encima que un propietario no pagaba las cuotas de su comunidad de vecinos, se ponía chulito/a si en el ascensor, el zaguán o en la portería se colocaba un letrero diciendo que era un moroso. Después llegó una de las múltiples modificaciones de la ley de propiedad horizontal y lo puso en su sitio. Dijo que eso no era una coacción ni un insulto, sino que, por contra, los demás propietarios están en su derecho a saber quién no paga, entre otras cosas para retirarle el saludo y, sobre todo, para que no pueda votar en la junta de vecinos, por lo que es obligatorio cuando te citan a una de esas interesantísimas y cordiales asambleas que te digan por escrito los que no pagan.

Posteriormente, avanzando en que todos sepamos la verdad de casi todo, se resuelve por el Tribunal Supremo, su Sala de lo Penal, que no es válida aquella prueba obtenida subrepticiamente ni tampoco cuando se induce al delito, como hacerse pasar por drogadicto para que te vendan droga. Sin embargo, acaba de admitir ese Alto Tribunal la posibilidad que los programas de televisión utilicen una cámara oculta si es para descubrir hechos delictivos.

Lo que estoy seguro es que a esos programas poco les interese si existe o no delito, sino el éxito televisivo, vender mucho y ganar audiencia. El Supremo revocó así una sentencia de la Audiencia de Baleares que había condenado a Antena 3 Televisión por vulneración de los derechos fundamentales del honor, la intimidad y la propia imagen de uno que se hacía pasar por médico-curandero. La libertad de expresión ha vuelto a ganar en este supuesto, así como el derecho a la información para poner de manifiesto que hay personas que aprovechándose de la ingenuidad o castidad mental de otras, les dicen que le van a curar con las manos, la mente o con una rama de romero. Eso sí, gratuitamente, a cambio de un dinerito voluntariamente dado, porque si no se lo das, te pueden echar un mal de ojo o una maldición de aquí te espero sentado en el borde del precipicio, oyendo un programa de las Campos. Y como te habías creído que te iba a curar, con más razón te crees esto, y aflojas la pasta. Todo ello aderezado con la necesidad de alejarte de la familia y amigos, para que tenga más efecto tu curación, y no porque ellos te puedan abrir los ojos.

Aunque cuando uno no quiere ver u oír algo ya pueden ponerte mil vatios de luz y sonido, que más ciego y sordo no lo habrá. En el caso de autos el demandante de honor podía estar lucrándose, dice la sentencia, mediante una organización dirigida a engañar a personas con graves problemas de salud que la medicina no puede solucionar, ofreciéndoles el resultado seguro de supuestas terapias alternativas carentes de base científica.

Si todavía estos videntes de pacotilla hubiesen cobrado en la criptomoneda Ethereum, como la utilizada por el Govern del emigrante Puigdemont para ocultar los pagos que al parecer realizaron de los 140 dominios webs con los queorganizaron el famoso 1-O, algunos de los cuales llevaban nombres tan originales (porque son muy graciosos) como ´guardiacivil.sexy´ y ´marianorajoy,cat´, cabría pensar que en realidad estaban solo quedándose con el personal, pero fue mucho más: presuntamente delinquieron.