Sí, ya sé que la palabra exacta es ´apoquinar´, pero en Cartagena siempre hemos sido dados a decir las cosas como mejor nos parece. En mi familia siempre ha sido ´amoquinar´ y lo va a seguir siendo por los siglos de los siglos. Vamos al lío.

Estamos inmersos en la semana en la que empieza todo. Nuestra economía va a ir menguando poco a poco hasta quedar en la mínima expresión cerca del día 6 de enero. ´Es lo que toca´, dice la mayoría. Pues yo me niego. Están las cosas para pocas alegrías, aunque todo el mundo se encane (del verbo encanarse) y diga que todo va bien, que la economía fluye y la gente va saliendo más...

Pues se saldrá más, pero se gastará lo mismo, porque desde que empezó este jaleo, los salarios apenas han subido y los precios apenas han bajado, así que ya me contarán la recuperación... Total, que opino que no hay que seguir la tendencia de la mayoría y dejarse atrapar por viernes negros, prenavidades, navidades, postnavidades y hastasanantonpascuasson...

Yo soy más de comprar cuando a uno le hace falta verdaderamente algo. Es decir, llevo ropa de hace al menos cuatro temporadas (alguna camiseta fetiche suma diez), mi móvil hace fotos en blanco y negro y las únicas tabletas que conozco son las de los abdominales de deportistas famosos (la mía ni está ni se le espera). Así estamos.

Por eso, les invito a dar la espalda a este afán consumista y no caer en el lado oscuro de las grandes superficies y firmas. Eso sí, ya aviso, el otro día me dí cuenta de que necesito una tablet marca manzana, una escapada por Europa y renovar todo mi armario. Por imperiosa necesidad, ¿eh? No se confundan... ¿Alguna recomendación?