Los padres de los niños tontos, mediocres y listos hacemos lo humanamente posible para que nuestros hijos den lo mejor de ellos mismos a la sociedad y consigan una vida plena, digna y honrada.

Los listos se aburren, sí, probablemente cuando acuden por obligación a las clases de un sistema educativo que se empeña en repetir los conocimientos mil veces, cuando ellos llegan muchas veces solos y sin necesidad de ayuda. Seguro que no se aburren cuando están en casa y se les estimula de forma adecuada según sus preferencias de forma que sientan que han superado un reto, que han aprendido algo o simplemente han disfrutado haciendo tal o cual cosa.

En relación con el estudio recientemente publicado por ScienceDirect parece que algunos confunden la enfermedad con la moral y con el talento, siendo cosas muy distintas. Por desgracia la enfermedad toca al que le toca, los expertos dicen que alguna de las enfermedades que padeceremos están en nuestros genes, otras dependen del entorno y de los hábitos más o menos saludables que cada cual tenga. Es posible que los superdotados tengan más enfermedades, pero no porque las tenga de origen, sino porque han sufrido mucho más durante su etapa escolar. Todos sabemos lo mala que es la ansiedad y sus consecuencias.

Las malas personas están por todos lados, entre los listos, los tontos y los mediocres, pero claro, un listo cuando está motivado suele ser 'El mejor' en lo que se ponga, y creo que la moralidad, los valores no tienen nada que ver con el coeficiente intelectual (CI).

Por desgracia el colectivo de altas capacidades suele generar envidia y desprecio. Teniendo en cuenta que en el colectivo también hay niños, es muy triste que se aliente y se diga a la ligera que son malas personas.

No voy a hacer una lista de genios artísticos que no han tenido desequilibrios mentales, ya que también podría hacer una lista de mediocres con problemas mentales con solo pasarme por un centro de salud mental. Lo cierto es que nuestro mundo no sería lo que es si no hubiera sido por aquellas mentes brillantes que han aportado su genialidad para cambiar el mundo.

Sobre la felicidad, cada persona tiene su versión, pero que se prodigue que la felicidad es estar tumbado en el sofá o durmiendo me parece una irresponsabilidad, ya que hay gente genial que disfruta y es feliz trabajando, creando, componiendo o simplemente viviendo.

También estoy convencida de que este colectivo puede aportar soluciones a los grandes problemas de la humanidad, que no son pocos, pero solo si se les deja, o quizás sea mejor machacarles y que no brillen tanto, que son unos 'listillos'.

¡Así nos va, amigos!

Este artículo ha sido remitido a modo de réplica al publicado el pasado lunes día 6, firmado por Paloma Manzano, con el título «Líbrame de los listos»