Cuéntale tú a un chaval que hubo una época en la que se usaban esos tótems. Una época en la que llamabas a casa de un amigo para preguntar por él y los padres respondían al teléfono. Una época en la que comunicarte con otra persona costaba mucho dinero, y más aún si esa otra persona estaba lejos. Que hubo una época en la que aquellos que se llamaban igual que sus padres (o madres), tenían que responder eso de «¿Padre o hijo?». Una época en la que si sonaba un teléfono a altas horas el corazón se sobresaltaba porque no podía ser nada bueno. Una época en la que se formaban colas frente a estas cabinas a partir de las 22:00 porque era más barato (en pesetas) usarlas. Una época en la que los amantes acababan conversaciones con «cuelga tú», y no con emojis.