Si no la conocen, les aconsejo que no dejen de visitar la plaza Yamaa el Fna de Marrakech. Da igual que lo hagan de noche que de día, porque siempre está llena de vida. Junto a los puestos de vendedores de especias, naranjas y caracoles, entre encantadores de cobras, adiestradores de monos y dentistas callejeros, podrán encontrar a los famosos Cuentacuentos. Resulta fascinante verles relatar sus historias ante una veintena de personas que, como hipnotizadas, les escuchan absortas sentadas en el suelo. Todo eso si antes, durante el paseo, consiguen convencer al moro que les ha colocado una serpiente en el cuello para que se la quiten (se le convence con dinero, aunque cuando se la cuelga para la foto promete que es gratis).