La polémica surgida tras el intento de quitar el nombre de una calle a don Antonio Machado en Sabadell por no ser catalán me ha recordado una extraña petición ocurrida en mi pueblo. Una mujer que acababa de enviudar se personó en el Ayuntamiento para solicitar que le cambiaran el nombre a la calle donde vivía y le pusieran el de su difunto esposo. «Me he informado bien -alegó la mujer ante el funcionario de la ventanilla- y ese tal Hernán Cortés ni siquiera había nacido en Molina de Segura. En cambio, mi marido€ ¡molinero por los cuatro costaos! Las calles deben llevar el nombre de gente de nuestro pueblo y no de forasteros». Sin duda, esta vecina hubiese hecho carrera política en Sabadell limpiando el callejero.