El próximo año cumpliremos cuarenta desde la recuperación de la democracia en España (1978). Y este año cumplimos 35 del Estatuto de Autonomía de la Región de Murcia. ¿Cómo le ha ido en este tiempo a nuestra Comunidad?

Si tenemos en cuenta los indicadores socioeconómicos, ambientales y culturales, no muy bien. La región (como el conjunto de España) ha prosperado en muchos sentidos, pero al mismo tiempo ha consolidado su retraso relativo con el resto del país. Además, los últimos 22 años de Gobiernos conservadores han causado el aumento de las desigualdades sociales, el deterioro democrático y el fracaso de un modelo económico especulativo, depredador de recursos y atravesado por la corrupción.

Sin embargo, la ineficacia en la gestión de los recursos públicos, los recortes sociales y la extendida inmoralidad pública no han logrado expulsar al PP del Gobierno de la región, porque sigue contando con una amplio apoyo sustentando en una extensa red clientelar. Al mismo tiempo, la pérdida de su mayoría absoluta y la reforma de la ley electoral regional se han visto contrapesadas por la emergencia del partido Ciudadanos, que a pesar de su discurso regenerador sigue perpetuando al PP en el poder. A un Gobierno de la derecha con mayoría absoluta del PP puede seguirle, durante otro largo período, un Gobierno de la derecha sostenido sobre dos partidos.

Pero, más allá del PP y de Ciudadanos, las fuerzas políticas y sociales interesadas en el cambio se encuentran muy fragmentadas y descoordinadas, por lo que no han sido capaces de imponerse democráticamente. Y este no es sólo un problema de los partidos, sino de toda la sociedad y de sus organizaciones: son las alianzas sociales las que sostienen las mayorías políticas. No podemos permitir por más tiempo que una reducidas élites políticas y económicas egoístas e insolidarias, vinculadas a sectores religiosos muy conservadores, herederas del viejo caciquismo, dominen al conjunto de la sociedad murciana, al que ofrecen un proyecto de falsa modernización, insostenible ambientalmente, y que aumenta las desigualdades y excluye a sectores cada vez más importantes del conjunto de la sociedad. Para desbloquear el sistema político regional, como ha ocurrido ya en otras Comunidades autónomas, hay que articular nuevas alianzas sociales capaces de construir un proyecto de cambio, como requisito para el necesario giro político.

El objetivo tiene que ser salir de la atomización, localización o sectorialización de los conflictos y colocarlos en una perspectiva y un proyecto más amplio, estableciendo los canales que permiten vincularlos a un cambio global, empezando por la región como referencia. Pero ese cambio no puede venir de la mano de un regionalismo neoconservador que fije como horizonte insuperable reparar los agravios que sufre la región utilizando el oportunismo de que le falten unos votos a un Gobierno para presionarle, como hacen ya otros partidos nacionalistas o regionalistas: hoy los problemas sólo pueden plantearse como efectos y expresiones locales de situaciones globales que nos afectan a todos, como murcianos, pero también como españoles, europeos y ciudadadanos del mundo. Hay que alejarse del falso espejismo que supone buscar soluciones locales a problemas globales. Ni el paro, ni los desahucios, ni el recorte de derechos sociales, ni la crisis ambiental, ni la acogida de los refugiados, la violencia contra las mujeres, la independencia de la Justicia, o la pérdida de calidad democrática y de autonomía de la política, como la creciente precarización de las vidas de la mayoría social son fenómenos específicos de la región, aunque es en la región donde tenemos que enfrentarlos y aquí donde pueden agravarse (o corregirse) por las políticas de las Administraciones territoriales.

Desde el Foro Ciudadano, una asociación civil progresista creada en 2001, hemos realizado análisis periódicos de la situación de la región y hemos promovido y participado en muchas plataformas de denuncia y lucha social, buscando con todo ello tejer redes de colaboración entre todas las fuerzas progresistas. En la situación política actual, creemos que es urgente promover un debate sobre el cambio necesario en nuestra región, y también sobre nuestro propio futuro como asociación y sobre la importancia de seguir manteniendo espacios de encuentro similares.

Para ello, hemos decidido convocar unas jornadas de debate que permitan arrojar luz sobre el devenir de la región, sobre el cambio de rumbo que necesita y sobre las estrategias y alianzas que han de promoverlo, tanto en el plano de la sociedad como en el de la política, pues estos dos planos, aunque relacionados, son diferentes y necesitan su propia reconfiguración y redefinición para hacer posible el giro inaplazable que necesita la Región de Murcia.

Estas jornadas se celebrarán los días 2 y 3 de junio en Molina de Segura, en el Centro Cultural San Roque. Hemos convocado a personas y organizaciones sociales y políticas muy diversas, para debatir una agenda de temas, acordar unas conclusiones y esbozar las líneas y estrategias de un cambio necesario para la Región de Murcia. Las jornadas están abiertas a la participación de todos los interesados, de cuantos crean que pueden aportar algo para ese cambio impostergable que reclamamos para la región de Murcia.