Pues eso es lo que han tenido los votantes de centro-izquierda o izquierda moderada en Murcia en los últimos veintitantos años. La alternativa cero, nada. El rodillo electoral generado por el mantra de Ruiz Vivo "agua para todos" arrolló y sigue arrollando a un PSRM que dejó de ser considerado una alternativa siquiera viable. Ahora González Tovar amaga con que se va. Un "me voy, pero me quedo un poco porque me estoy yendo" que no da pie a muchas ilusiones de un cambio real. Está haciendo, a mi modo de ver un "Esperanza Aguirre" que acuñó un nuevo verbo en castellano, "trimitir". Y es que ante un partido como el PP, con historias como la del aeropuerto, Novo Carthago, la desaladora, el asunto PAS o la historia del AVE, otro partido en la oposición hubiera sacado petróleo. Ellos no. Da la sensación de que se vive muy cómodo gestionando esa especie de "Ministerio de la Oposición" en que se cobra un buen sueldo público pero no se sufre el desgaste que supone tener que gobernar o hacer cosas. ¿Esperanzas? Ninguna, ya se lo digo yo. Durante más de 30 años hemos asistido a ese juego de las sillas musicales en que los Tovar, Retegui, Oñates y Sauras iban cambiando de posición pero sin bajarse del burro. Ahora yo me voy a la Confederación, tú de "diputao" y el otro a la Delegación de Gobierno. Y siguen los mismos. Y encima, en un partido que debía tener vocación republicana se observa una preocupante tendencia a la endogamia en una organización en que parece que se hereden los cargos. Estos prefieren que el partido se hunda a volver a su lugar de trabajo, los que lo tienen. Porque los más jóvenes no han trabajado nunca en la sociedad civil. Y luego nos metemos con FER. Que menuda tiene el pobre por delante.