Si Santiago el Mayor no fuese un barrio obrero ya se habría hecho el soterramiento», dijo acertadamente un dirigente sindical cuando le interpelaron por la cuestión, porque ciertamente los pudientes que toman decisiones no viven en el devaluado entorno de las vías y les importa un pimiento lo que sienten y padecen unos cuantos miles de vecinos del sur. A lo que Paco, el carnicero del barrio del Carmen, añade: «Si Murcia no fuese una región de políticos embusteros y tragaderas, otro gallo nos cantaría», mientras despieza a hachazos un pollo campero porque se ha enterado de que en Bilbao sí habrá soterramiento y más de 3.000 millones para la Y vasca del ferrocarril. Y 4.200 millones adicionales para Cataluña hasta 2020 y 1.300 millones para Canarias. «Todos somos iguales, pero unos más iguales que otros», que dice el cerdo que en la novela de Orwell se hace llamar Napoleón.

El tren metió a la Región de Murcia en el siglo XIX y ahí nos hemos quedado. Como si hubiésemos atravesado un túnel del tiempo sin billete de vuelta. Ramón Luis Valcárcel (autor del AVE a Murcia por Cuenca) al menos tuvo la astucia de crear el denominado nacionalismo hídrico a cuenta del agua, con lo que consiguió miles de votos y perpetuarse en el poder durante dos largas décadas. Agotado ese cuento porque el tiempo acaba colocando a cada uno en su sitio (no hay agua ni PHN), la causa ferroviaria sigue abandonada a su suerte. Ni Ballesta, ni Pedro Antonio Sánchez han querido enarbolar esa bandera para no señalarse en Madrid perdiendo con ello una oportunidad única. A ellos les basta con que el AVE llegue lo antes posible. ¡AVE YA! gritaba la CROEM en 2015 que no irá a la manifestación. Ellos rara vez tienen que cruzar las vías, no verán muros a sus puertas ni tendrán que soportar una catenaria de 25.000 voltios hasta Nonduermas cerca de sus casas o de los colegios a los que llevan a sus hijos. Lo que importa es cortar la cinta y hacer el viaje inaugural rodeado de fotógrafos. Ya estudiará con el delegado del Gobierno cómo acallar las protestas de los vecinos ese día. Siempre podrán agrandar el cordón policial para acallar sus gritos y evitar que arruinen el festejo frente al tren pato. Solo hay una cosa que guste más a un político que un palco gratis y son las inauguraciones. Enterrar piedras también les priva, pero con la crisis dejaron de montar carpas por inhóspitos secarrales para meter en un hoyo piedras envueltas en periódicos del día que, como sucedió con la primera piedra de la Paramount, hablaban de notables casos de corrupción en Murcia.

Entrar a casa de canto. Juan Fernández tiene 80 años y una vivienda en Senda de los Garres por la que ha trabajado toda su vida. Hace una semana aporrearon su puerta. Eran de ADIF convocándolo a una reunión para informarle del muro que van a construir frente a su casa. Exactamente a 80 centímetros de la puerta de entrada donde ya han pintado una señal verde en el suelo. El anciano, al ver la marca en su portal, preguntó cómo querían que entrase a su casa con tan poco espacio, a lo que respondieron: «Si no puede entrar de frente, entre de lado», relata Juan. «Van a dejar mi casa que ni la puedo habitar ni la puedo vender, ni la puedo alquilar», se lamenta, y pide que, al menos, le indemnicen por los daños y perjuicios que va a sufrir.

Ni un mal escrito convocándolos. Ni un triste salón de reuniones donde sentarlos a la sombra. Los metieron en una cochera. Ningún tipo de documentación porque no hay proyecto redactado ni consta que haya salido a licitación la vía provisional y el muro en ese tramo de Senda de los Garres. Tampoco se sabe a qué empresa le han adjudicado las obras. Ningún documento con el que los vecinos poder acudir a un abogado. Aporrean la puerta y los citan en la calle. Y cuando ven aparecer periodistas, concejales de la oposición y miembros de la Plataforma del Soterramiento, los técnicos de ADIF enmudecen y dicen que con ellos delante no sueltan prenda. ¿Pero no vivíamos en la Murcia transparente y participativa? Luego, intentan arreglarlo ofreciendo ocupación temporal o expropiación de las casas y sustituyendo la palabra muro por pantalla transparente con no sé qué para los pájaros como si eso suavizara el atropello.

Hasta el ministro del Fomento, Iñigo de la Serna, al ver al vecino por la tele no tuvo más remedio que ordenar al presidente de ADIF, Juan Bravo, que bajase a Murcia a suavizar los ánimos. Vino en avión porque no se fía de los trastos de trenes que unen Murcia con Madrid. Pero Bravo, literal y metafóricamente, llega tarde y mal porque lo hace subido al discurso del AVE YA horas antes de una manifestación que se prevé multitudinaria y que pide SOTERRAMIENTO YA.

Nada nuevo bajo el brazo trajo Bravo. Ni un mal documento que llevarse a la boca. Que existe compromiso presupuestario para soterrar, que siguen trabajando en los proyectos técnicos y que Beniel (que ahora dice que está a treinta kilómetros de Murcia) sería una opción para llevar el AVE mientras se soterra como piden los vecinos, «pero conllevaría una inversión provisional para adaptar una estación de paso en una estación término pudiendo llevar el AVE al corazón de Murcia». Bravo, señor Bravo. Las inversiones provisionales no valen para Beniel, pero sí para Murcia. Esa estación dispone de dos vías para alta velocidad y una tercera vía convencional. Ciertamente no dispone de buenos accesos por carretera ni de aparcamientos, pero eso se soluciona con trenes lanzadera desde Murcia-El Carmen en apenas diez minutos. Tanta terquedad en el 'no es no' a Beniel de las autoridades políticas solo evidencia que el AVE en superficie que venden como provisional será definitivo. Que pregunten a los vallisoletanos, que llevan casi diez años con un AVE provisional en superficie esperando el soterramiento que nunca llegará porque ADIF ya ha renunciado a ello.

Los dirigentes políticos del PP en el ayuntamiento de Murcia y en la Comunidad Autónoma repiten incansablemente que la llegada del AVE en superficie será provisional, que la tercera vía será provisional, que el muro-pantalla será provisional, pero no he conseguido encontrar esa palabra en ningún documento oficial. No consta. Tampoco nadie ha sido capaz de explicar por qué hace ahora justamente dos años que adjudicaron a la empresa ALDESA el soterramiento de la primera fase en Santiago el Mayor y no han enterrado ni un solo metro.

La eterna ptrovisionalidad. El mendaz concejal de Urbanismo en el consistorio murciano, Antonio Navarro Corchón, dijo que no iría a una manifestación que pide que el AVE llegue a Beniel porque «sería un acto de antimurcianía». Cómo si Beniel fuese Mordor y estuviese realmente a teinta kilómetros. Para él lo patriótico es permitir muros a las puertas de las casas de sus vecinos, ya de por sí devaluadas por vivir en el entorno de las vías, mientras el alcalde Ballesta se divierte en la zona norte sacando pianos a la calle o poniendo toldos en Platería y Trapería, las calles VIP por las que principalmente pasea, pese a que el sol también quema en pedanías y en esos barrios de las vías aunque allí (intuyo) quema más la impotencia y la indignación porque eso arde por dentro.

José Ballesta dice que comprende la preocupación de los vecinos pero no comparte su escepticismo aunque nada ha cambiado desde 2014 en que, siendo consejero de Obras Públicas, encabezó una manifestación cuyo lema era «Soterramiento de las vías. Por la Dignidad de los Vecinos. No al AVE en superficie». Exactamente lo mismo que exigirán esta tarde, pero ya sin Ballesta, que el único soterramiento que verá será el de los contenedores de basura si permite que el AVE llegue en superficie.

Claro que Murcia merece AVE, pero soterrado. Sin muros que la dividan y con una estación moderna. Y merece una circunvalación de mercancías, el Corredor del Mediterráneo, la variante de Camarillas y trenes a Madrid que no se rompan a mitad de camino. Y merece políticos que no confundan lealtad con sumisión. Los responsables políticos solo deben lealtad a sus ciudadanos, pero lo han olvidado encendiendo los populismos que amenazan a toda Europa y nos hacen contener la respiración cada vez que hay elecciones. Ya se puede emplear a fondo Enrique Ujaldón con el Buen Gobierno que le han endosado. Alentar la confrontación ciudadana en torno al AVE y el soterramiento no es el camino.

«Si llega el AVE en superficie, así se quedará durante décadas», vaticinan los vecinos, hartos de tantas mentiras porque hace mucho tiempo que nuestros dirigentes políticos perdieron el tren de la credibilidad. Los murcianos, de todos los colores políticos, salen esta tarde a la calle convencidos de ello porque ya ha dicho Rajoy que su prioridad presupuestaria es, por este orden, el País Vasco y Galicia. ¡Soterramiento Ya! Debería ser hoy el lema de todos al norte y al sur de las vías porque esta ciudad no merece menos.